domingo, 19 de octubre de 2008

LA LUZ FANTÁSTICA - Terry Pratchett


Tí­tulo: La luz fantástica
Autor: Terence David John Pratchett (Beaconsfield, Buckinghamshire, Reino Unido, 1948)
Año de publicación: 1986
Título original: The light fantastic
Edición: Ediciones Altaya, 2008
Traducción: Cristina Macía
Páginas: 277
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Un nuevo día, sereno y apacible, empieza en Mundodisco. Como es habitual, la gran tortuga navega por el éter entregada a reflexiones inescrutables, sosteniendo en su caparazón a los cuatro elefantes sobre los que descansa el mundo. Sin embargo, se avecina una inexorable colisión con una malévola estrella roja, y sólo una persona puede poner remedio al inminente desastre: Rincewind, el inepto y cobarde hechicero. Por desgracia, Rincewind fue visto por última vez cuando caía por el borde del mundo...
Ha llegado la hora de completar el último comentario con la crítica de “La luz fantástica”. Si ambas obras son consecutivas y consecuentes la una con la otra y además las he leído sucesivamente, bien podría haberlas presentado a la vez, tal y como hice cuando reseñé “Tu rostro mañana”. Y lo pensé, la verdad, pero luego llegué a la conclusión de que no era una idea acertada. Si bien la trilogía de Marías es una sola novela publicada en diferentes años, entre “El color de la magia” y “La luz fantástica” hay suficientes diferencias.
El primer libro es la presentación de un mundo que va a durar (hasta ahora) 26 novelas. Eso evidentemente limita la narración. La hace más dispersa. El protagonista es Rincewind, un mago negado que sobrevive de lo que puede por las calles de Ankh-Morpork. Y de lo que puede no es de la magia, eso seguro. A esa ciudad llega Dosflores, un turista del otro lado del mundo. El primer turista de todo el Disco. Y, como necesita un guía, como tiene mucho oro, como sólo lo entiende Rincewind y como el patricio de Ankh-Morpork amenaza a Rincewind con la pena de muerte si a Dosflores le ocurre el menor daño, el mago accede de buen grado a acompañarle en sus viajes.
Precisamente por la necesidad de darnos a conocer el mayor número posible de ángulos del Mundodisco, esta es una de las pocas novelas de la saga separada por capítulos. En cada uno de los cuatro que forman esta obra nos encontramos con una aventura propia en un lugar diferente, siguiendo siempre el periplo de los dos protagonistas (y el del siempre omnipresente y feroz Equipaje). Partimos de una ciudad en llamas y acabamos cayendo por el borde del mundo.
En “El color de la magia” no hay demasiada unidad. Pratchett apunta ideas geniales que luego, cuando ya no necesita, olvida. Dosflores habla un idioma extraño y sólo puede comunicarse con Rincewind. Esto es lo que hace que el mago se ofrezca como guía. Luego, cuando ya están juntos los dos, el autor olvida este detalle y resulta que el turista puede entenderse sin ningún problema con todo aquel con el que se encuentran (si bien lo hace hablando alto y despacio). El emperador del Imperio Ágata pide que maten a Dosflores para que al resto de sus súbditos se les quite de la cabeza la idea de ir viajando de un lado a otro. Sin embargo después del primer capítulo nadie persigue al contable-turista.
Hay algún detalle de estos más por la novela pero, a decir verdad, no molestan en ningún momento. Porque de tanto reírte no tienes tiempo para fijarte en esas minucias.
Los personajes son todos increíblemente divertidos (no he encontrado uno sólo que caiga mal), los diálogos son hilarantes, las descripciones de los lugares que visitan, surrealistas. Todo, hasta la última brizna de hierba del Discworld, está impregnado de genialidad. No hay manera de adivinar lo que ocurrirá en la siguiente página. Eso es una maravilla.
"La luz fantástica" es distinta. Distinta en el sentido de que existe una trama que seguir a lo largo de toda la novela, a pesar de que a cada rato aparezca una subtrama nueva. Eso no quiere decir que Pratchett se contenga y aparque sus ocurrencias en beneficio de la historia. Al contrario.
La historia, típica de la literatura fantástica, es la del fin del mundo, ni más ni menos. Una estrella amenaza con colisionar con el Gran A´Tuin, la tortuga que porta a sus espaldas el Mundodisco (que a su vez es sujetado por los elefantes Berilia, Tubul, Gran T´Phon y Jerakeen). Y el único que puede hacer algo se cayó por el borde del mundo en el libro anterior.
Esa es la premisa. Lo demás es un desparrame. Los druidas, los trolls, Cohen el Bárbaro, la Hermandad de la Estrella Roja, la Muerte,...
En esta novela aparece por fin un enemigo claro, Ymper Trymon. No es que Trymon sea excesivamente malvado, es que quiere conseguir el máximo poder para convertir el mundo en el paraíso de los oficinistas, una tierra gris y aburrida donde todo es como debería ser.
En esta novela funciona aún mejor la pareja Rincewind-Dosflores. El primero es un perdedor crónico. No desea ser un héroe, sólo vivir tranquilo en su ciudad sin que demasiada gente le quiera ver muerto. Dosflores es el eterno optimista. Aunque tenga a la propia Muerte en su propia cara nunca pensará que le pueda ocurrir el menor daño. En lugar de huir le enseñara a jugar a canasta.
La Muerte. Menudo personaje. La Muerte en Mundodisco es poco más que un funcionario. Eso sí, aplicado como pocos. No mata con saña, con tristeza ni con alegría. Lo hace porque ese es su trabajo. Igual que si trabajara en una fábrica de turrones.
En "La luz fantástica" conocemos nuevos parajes de la geografía del Disco, aunque no tantos como en la novela anterior.
Por todo lo dicho concluiré que este segundo volumen de la saga es incluso mejor que el primero. La historia está más acabada y los personajes son aún más agudos. Terry Pratchett no escribe la continuación lógica de las aventuras de Rincewind y Dosflores, sino que va más allá. Será porque en este Disco la lógica no tiene sitio.
Bueno, no me quiero alargar más. No es mi intención escribir una tesis sobre la obra de Pratchett. Lo que sí aviso es que, les guste o no, seguiré comentando más obras del inglés. Cuando se encuentra un filón semejante no es buena idea dejarlo escapar.
Puntuación: 95 sobre 100

2 comentarios:

Gema Mónica dijo...

Cuando vi el comentario de "El color de la magia" recordé que en algún rincón tenía guardados los dos primeros libros de mundodisco. Decidí sacarlos y darme el capricho de leerlos. Todo lo que se pueda decir es poco. La verdad es que he disfrutado con los dos libros como pocas veces, me lo he pasado en grande y ojalá pueda seguir leyendo más libros de esta saga. Sobre todo me ha entusiasmado encontrar en un libro de fantasía tantas referencias reales o medio reales a la ciencia y a la física en concreto. Una de las mejores que recuerdo es la referencia a los circuitos semiconductores de silicio y los problemas que les daba a la familia de trolls. Hay tantos ejemplos, y tan buenos, y me entusiasmé tanto que quise compartir ese entusiasmo y esa fascinación con mis alumnos. Lástima que aún sean un poco jóvenes para percibirlo. En fin, entre los dos libros, me quedo con el segundo. Como tú dices, tiene una trama más elaborada que el primero, aunque los dos están escritos con un lenguaje que engancha desde el principio.

Freddy Tumbalobos dijo...

Me alegro mucho que mi comentario te haya servido para descubrir Mundodisco, Gema Mónica. La verdad es que yo no había leído nada de esta saga porque siempre había pensado que eran libros infantiles. Y para nada. El problema es que son veintitantos libros, y cualquiera los localiza todos.

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