martes, 23 de marzo de 2010

RETRATO DE UN HOMBRE INMADURO - Luis Landero



Título: Retrato de un hombre inmaduro
Autor: Luis Landero Durán (Alburquerque, Badajoz, España, 1948)
Año de publicación: 2009
Edición: Tusquets, colección Andanzas
Páginas: 240





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En la habitación de un hospital, y en el curso de la que muy probablemente sea su última noche en este mundo, un hombre de unos 65 años le cuenta a alguien, y también a sí mismo, la historia de su vida. Dejándose llevar por el azar de la memoria y la fluidez de su propio relato, va y viene en el tiempo, rescatando, con no poco humor, las pequeñas y más significativas aventuras que vivió y que vio vivir. Porque a este hombre le ha gustado mirar siempre el espectáculo del mundo tanto o más que participar en él. Pero, como todos, conoció el amor, el sabor agridulce de la libertad, el poder, el horror, la belleza, la amistad, el absurdo, la doble conciencia y, en fin, todos los ingredientes de que está hecha la vida. Y no sólo cuenta, sino que al hilo de cada episodio busca algún sentido al viejo misterio de vivir, ahora que no hay tiempo ya de engañarse ni de rectificar. Como quien manipula las piezas para formar un puzzle, se enlazan el rápido curso vital y los remansos reflexivos, el bullir inagotable de personajes y peripecias casi siempre cómicas o kafkianas, para trazar el perfil de un hombre sesudo y a la vez infantil, responsable y a la vez arbitrario, bueno a la vez que inmoral: un retrato del hombre contemporáneo.


Por fin voy a dedicar un espacio en este blog a uno de mis autores favoritos, Luis Landero. De hecho considero que él es el autor español más interesante de los que siguen con vida (aprovechando que el Pisuerga pasa por Valladolid y que, desafortunadamente, Delibes ya no se encuentra en esta lista).
Su última obra, "Retrato de un hombre inmaduro", es una novela muy especial. Aunque, bien pensado, no será tan especial cuando este adjetivo se puede aplicar a cada uno de los textos de Landero.
En la que será la última noche de su vida un hombre sin nombre se desnuda ante un desconocido. Durante un ininterrumpido monólogo el moribundo relata su historia, una historia sin presentación ni trama y cuyo desenlace se encuentra ya muy próximo. En lo que sería una visión muy personal de "Cinco horas con Mario", el individuo se auto-analiza. Comenta a grandes rasgos su infancia, sus vivencias, su concepción del mundo. Pero lo hace de forma mínima, ilustrando siempre sus palabras con ejemplos de la vida cotidiana de los que ha sido testigo.
Ahora podría ponerme profundo e indicar que el protagonista de esta obra no tiene nombre precisamente porque tiene todos los nombres. Que con él el autor pretende analizar al hombre tipo de nuestra civilización, un hombre que pasa por la vida como espectador, no como protagonista, de todos los sucesos extraordinarios que ocurren continuamente a su alrededor. Pero, claro, para decir esto no tengo la necesidad de leerme el libro, me habría bastado con el texto de contraportada. "Retrato de un hombre inmaduro" es más que eso. Landero construye un protagonista contradictorio, a ratos exagerado o moderado, amable y cruel, sensato e inconsciente. Es tanta la humanidad que desprende este personaje que es imposible no empatizar con él. Entiéndaseme esto, no digo que lleguemos a alegrarnos de sus éxitos ni a apesadumbrarnos con sus penas. Esta no es una novela de aventuras. Aquí no hay triunfos ni fracasos. Este libro de lo que habla es de la vida en perspectiva, la de todos los días, donde los grandes extremos quedan finalmente difuminados por la mediocridad.
No sé si ha quedado claro lo que pretendía expresar. Quizás sea mejor recurrir al tópico de que esta es una novela de aprendizaje (¿acaso no lo son todas?).
Siento parecer demasiado extasiado al hablar de este libro, pero es que siento devoción por Landero. Es uno de los contadísimos autores que no me ha decepcionado nunca. Lo conocí ya tarde y de rebote. En un taller de escritura al que asistía hace tiempo el profesor nos recomendó una única lectura en todo el curso. Se trataba de "El guitarrista". Lo devoré en una sola tarde. A la tarde siguiente, por supuesto, comencé con "Juegos de la edad tardía", su primera novela y la más reconocida.
No sé qué puedo decir de Landero que no se haya dicho ya. Es cierto que su estilo está muy influenciado por el de Cervantes, pero es que escribe novela en español: es imposible que no se asomé don Miguel en sus letras. Por otro lado esta característica no puedo considerarla un punto débil. Hace poco publiqué un artículo en otro blog. En él comentaba una novela en la que el autor, deliberadamente, intentaba imitar el estilo cervantino más clásico. El resultado fue, a mi entender, un despropósito. Reflexionando sobre esto llegué a la conclusión de que este estilo, por cómodo, es realmente pegadizo: muchos autores, en algún momento, se sienten tentados a escribir de esta manera. Pero hay que ser muy bueno para que salga bien. Cuando afirmo esto lo que quiero decir es que hay que saber qué respetar, qué adaptar, qué sacrificar y hay que disponer de recursos suficientes para hacerlo. Luis Landero es, sin lugar a dudas, uno de los pocos que se salvan. Y lo hace de largo.
Regreso a la novela de hoy.
Respecto a la estructura de "Retrato de un hombre inmaduro" lo primero que se observa es que no respeta un orden cronológico sino, más bien, uno temático. El moribundo habla de su relación con las mujeres, presenta una historia determinada para demostrarlo y esta historia las va enlazando con otras. El lector no tiene por qué sentirse perdido en ningún momento ya que en ningún momento el autor pretende guiarlo a ningún sitio. Sólo se le presentan historias que de tan normales se convierten en excepcionales para que las compare con las propias.
Landero ata períodos distintos separados en el espacio y en el tiempo, pero comunes. Con un hábil empleo de la elipsis se encarga de que ninguna de las pequeñas tramas concluya. Sólo desemboca en otra.
Para acabar confesaré que no he quedado nada complacido con este artículo. He intentado transmitir las sensaciones que provoca la lectura de este libro y he fracasado. Pero también creo que no lo podría haber hecho mejor, así que lo publico tal cual. Por favor, léanse esta novela. Entenderán mejor todo lo que he querido decir.


Puntuación: 97 sobre 100

lunes, 15 de marzo de 2010

GAME OVER



Título: Game Over 10 años (haciendo el imbécil)
Autor: Marc Rollán Serrano (1981) & Isaac Viana Tapias (Barcelona, España, 1977)
Año de publicación: 2009
Edición: Autoedición
Páginas: 115, prólogo + 7 partes + epílogo


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¿Es Isako tan nintendero como grita en el programa? ¿Es cierto que FunSpot compra compulsivamente Dreamcasts? ¿Saeba ha jugado a todos esos RPG´s japoneses tan raros, o forma parte del personaje? ¿Qué voz se esconde detrás de la corresponsal de Madrid?
Todas estas curiosidades y muchas más, amén de la biografía oficial del supergrupo, es lo que encontraréis en GAME OVER, 10 AÑOS (haciendo el imbécil).
Humor, acción, amor y drama en este repaso a diez años de programa satírico sobre videojuegos de la mano de sus hacedores. Todo lo que nunca quisiste saber sobre Game Over ahora en un práctico formato analógico para leer en el váter. O para al menos usarlo de papel higiénico.



Hoy voy a confesar una de mis mayores aficiones: los videojuegos. Y no es que lo haya querido ocultar hasta ahora, ni mucho menos, es que no ha habido lugar. A fin de cuentas este blog habla sobre literatura y, aunque es muy cierto que muchos videojuegos tienen historias y personajes más trabajados y mejor contados que muchas novelas (la saga completa de Metal Gear, sin ir más lejos), consideré oportuno limitar mis artículos a la letra impresa. Ya existen millones de páginas web dedicadas al ocio electrónico.
Hoy por fin tengo la oportunidad. Tengo un libro que comentar, aunque es muy poco lo que voy a decir del libro en sí. Ahora, como viene siendo habitual, hará una retrospectiva de mi relación con los videojuegos, aunque ya aviso que no es nada excepcional.
Yo, entre los doce y los veinte años, seguí muy de cerca este mundo. Participé en aquella mítica guerra entre Mega Drive y Super Nintendo (a pesar de los pesares seré seguero mientras viva), compré todas las revistas que sacaban del género, me alquilaba un juego diferente cada fin de semana, etcétera. Luego, la verdad, dejé todo aquello muy abandonado. Aún tenía la última consola (con el desmoronamiento de Sega me tuve que pasar a PlayStation) pero ya no seguía tan de cerca noticias y lanzamientos. Esto fue así hasta que hace un par de años descubrí un nuevo fenómeno: los podcast de videojuegos. Para el que no lo sepa (si es que alguien no lo sabe) los podcast son clips de audio, normalmente en formato MP3, que se cuelgan en internet para que, de manera gratuita, cualquiera pueda descargarlos y escucharlos. Algunos son grabaciones de radio de emisoras nacionales y locales (se nota mucho porque tienen mejores medios y están realizados con una notable profesionalidad), y otros están grabados por sencillos aficionados. En mi tiempo, años atrás, fui seguidor del único programa de radio que se emitía a nivel nacional en España, el legendario Game 40, de manera que para mi reenganche al mundillo opté por su heredero espiritual, Blade 94.6, un programa que en su momento se emitía por Radio Sabadell. Consiguió actualizarme. El problema es que, cuando me escuché el archivo que tenían disponible, me empezó a saber a poco. No era más que una hora semanal y a la semana invertía unas quince horas en desplazamientos de mi casa al trabajo. Me puse entonces a buscar por la red otros podcast que acompañaran al Blade. Estuve probando varios y algunos los llegué a seguir durante varias semanas, pero el listón estaba demasiado alto y abandoné la mayoría.
Hasta que, de forma completamente casual, conocí Game Over. Me llamó la atención porque era también un programa de radio de una emisora local, en este caso Radio Despí, porque era el podcast más veterano de todos y porque trataban el tema en clave de humor. Me descargué un programa, me lo escuché y reaccioné como ha reaccionado el 99% de las personas que lo han escuchado por vez primera:
¡¡PERO QUÉ COJONES ES ESTO!!
Me parecieron un panda de trolls que no hacían otra cosa más que decir burrada tras burrada durante dos horas. A punto estuve de dejar de escuchar ese primer programa y borrarlo de mi reproductor, pero no lo hice. La siguiente semana, no sé si por morbo o por masoquismo (¿acaso el masoquismo no es un tipo de morbo?) volví a descargarlo. Y también la otra, y la otra, y la otra. Hoy hace ya más de un año de mi estreno. No sólo soy un rendido fan de esta panda de impresentables sino que he promocionado el programa entre mis conocidos (que reaccionaron igual que yo). Me he escuchado todos los programas antiguos que tiene colgados en su web: http://www.portalgameover.com/ (en lo que es una paradoja temporal, durante un año he vivido cerca de seis años de GO) y, por último, el sábado pasado asistí en directo a su último programa, emitido desde la feria de videojuegos clásicos RETROMADRID 2010. Les compré el libro que se autoeditaron para conmemorar sus diez años en antena, libro que voy a comentar a partir de ahora.
No me queda mucho espacio, pero tampoco es mucho lo que tengo que decir. No me explayaré porque no es literatura. Tampoco es periodismo, es sólo algo escrito en exclusiva para fans. La historia del programa, un puñado de anécdotas, agradecimientos y mucho material gráfico. Puestos a pedir ojalá el libro fuera más completo. Ojalá se hablara más sobre los miembros, colaboradores y ex-colaboradores (¿qué es del gran Yuri? ¿Cómo van sus planes de dominación mundial a través del wrestling?), ojalá más miembros del equipo hubieran escrito en él (echo en falta un capítulo escrito por Saeba y otro dedicado al M.U.S.G.O.)...
Perp me da igual. Este libro me ha hecho pasar una tarde fabulosa. Sin embargo, a la hora de poner una nota no es al libro al que voy a puntuar sino al mismo programa.
Y valoramos este programa como:

Imprescindible

Posdata. El texto de la contraportada miente. No se revela quién era la corresponsal en Madrid. Isako, he comprado el libro, así que me debes una respuesta.
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