miércoles, 23 de septiembre de 2009

LA VERDADERA HISTORIA DEL CLUB BILDERBERG - Daniel Estulin


Título: La verdadera historia del Club Bilderberg
Autor: Daniel Estulin
Año de publicación: 2005
Título original: The True Story of the Bilderberg Club
Edición: E-book
Traducción: Ignacio Tofiño y Marta-Ingrid Rebón
Páginas: 208, Prólogo + Introducción + Esclavitud Total + Llamamiento a la acción + 3 apéndices + Notas



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Durante los últimos cincuenta años, un selecto grupo de políticos, empresarios, banqueros y poderosos en general se ha reunido secretamente para tomar las grandes decisiones que mueven el mundo.
Si quieren saber quién mueve los hilos tras la fachada de los organismos internacionales conocidos, no lo dude: lea este libro.
Aun a riesgo de su vida y bienestar, el intrépido Daniel Estulin ha sido la única persona que ha logrado romper el muro de silencio que rodea las reuniones del club más exclusivo y peligroso de la historia.
¿Por qué un centenar de las personas más poderosas del mundo se reúnen en secreto cada año durante cuatro días?
¿Por qué los medios de comunicación no informan de ello?
¿Qué vínculos existen entre el Club Bilderberg y los servicios secretos
occidentales?
¿Cuál es el plan del Club Bilderberg para el futuro de la humanidad?



Seré sincero. No sé qué actitud tomar respecto a este libro. No sé si realmente somos marionetas guiadas por una siniestra sociedad secreta formada por banqueros y magnates de las finanzas o si hemos llegado al punto de que no necesitamos pruebas para defender las teorías más estrafalarias. Soy consciente de que alguien intenta manipularme desde las sombras, pero no tengo del todo claro si se trata del megavillano David Rockefeller o del autor de esta obra, Daniel Estulin.

Lo cierto es que la lectura de este ha causado efecto en mi forma de pensar. Si hace un mes alguien me hubiera preguntado si creía que el mundo era gobernado por un puñado de hijos de puta que pretenden convertirnos a todos en sus esclavos, habría contestado que probablemente sí. Hoy mismo ya no lo tendría tan claro.
Expondré brevemente el tema para el que no esté familiarizado con todo este asunto de la conspiración Bilderberg.
En el año 1954 el príncipe Bernardo de los Países Bajos patrocinó una reunión con las personalidades más sobresalientes de las finanzas a nivel internacional en el hotel Bilderberg, en la localidad holandesa de Oosterbeckl. Fue tal el éxito de la reunión que desde entonces se ha repetido todos lo años, en una localización distinta y secreta. En estos cónclaves clandestinos se trazan los planes para la dominación absoluta de la humanidad. Control que, de alguna manera, ya han conseguido sus miembros, pues están en sus manos los bancos y las multinacionales, los medios de comunicación de masas, los suministros de hidrocarburos, los dirigentes políticos de todos los partidos del espectro, las fuerzas de seguridad y los ejércitos estatales y supraestatales, la ONU, la OTAN, el Mi6, la CIA, el FBI, el Banco Mundial, el FMI, la Unión Europea, el Tribunal Penal Internacional, las familias reales europeas y Esperanza Aguirre.
En este libro Estulin nos adelanta los planes futuros de estos individuos, entre los que se encuentra la globalización total a través de la eliminación de las fronteras (el Tratado de Libre Comercio como primer paso para crear la Unión Panamericana), la fusión de las monedas y el fin del dinero en efectivo (cuando todas nuestras transacciones sean electrónicas más fácil será rastrear nuestros hábitos, además de que si nos convertimos en enemigos del Sistema con un sencillo clic nos pueden dejar con una mano delante y otra detrás), el aborregamiento progresivo de la sociedad a través de lavados de cerebro (me resulta muy apropiado el ejemplo que señala el autor en referencia a las campañas anti-tabaco, en el sentido de que hace sólo cinco años nadie te miraba mal si encendías un cigarro en el Metro y hoy eso sería impensable) para acabar con la implantación, voluntaria o no, de chips de localización e información a toda la población mundial, logrando así el fin del individualismo y la construcción de un inmenso ejército de esclavos eficaces.
Para Daniel Estulin el Mundo Feliz que nos presentó Aldous Huxley está a la vuelta de la esquina.
Asusta comprobar que, después de los casi cinco años que han pasado desde que se publicó el libro, algunas de las profecías que realiza el autor se han cumplido a rajatabla. En el 2005 una crisis tan demoledora como esta en la que sobrevivimos era prácticamente inconcebible. Sin embargo Estulin la describe en todas sus etapas y con todas sus consecuencias, como si hubiera leído el guión de la película antes de que fuera rodada.
Todo esto está muy bien, pero ahora empiezan los palos.
Hay muchas cosas que me cantan.
La primera y más evidente es que el autor dice que los grandes directivos de los principales grupos editoriales del mundo pertenecen a Bilderberg… y su libro lo publica Planeta, esa editorial pequeñita cuya independencia ha sido probada en infinitas ocasiones (léase esto último con un rictus de sarcasmo).
También canta el hecho de que, mientras que todo el libro es una denuncia a la globalización y a la manipulación de los poderosos, el autor la CAGUE al final condenando la labor de las ONG´s (y eso no lo critico, pues la labor de muchas de ellas es nefasta), rechazando los movimientos ecologistas, haciendo apología del patriotismo radical, del libre tráfico de armas, de la Asociación Nacional del Rifle y de las milicias urbanas (esas pandas de chiflados de ideología neonazi que hacen entrenamiento militar para defender a la patria de amenazas invisibles). Será que mi cerebro ya ha sido lavado, secado y planchado por las fuerzas del mal, pero ni apoyaré jamás lo que me dice Estulin que he de apoyar ni me termino de creer insinuaciones como la de que en el caso Watergate Nixon fuera la víctima inocente. Será eso o será que el autor no es tan libre como dice que es y todo este libro no es más que desinformación en vena para despistarnos y que miremos hacia el lado incorrecto de la realidad.
Como ven es muy fácil encontrar conspiraciones hasta debajo de las piedras.
Lo peor de todo es que el libro es aburrido y está mal escrito. Es inconexo, reiterativo y abruma con un montón de datos estériles. Si hubiera estado mejor organizado las ideas que defiende podrían resultas más atractivas, pero así es un coñazo. Además Estulin no para de repetirnos que es un mártir voluntario por la causa de la libertad y que todos los días se juega el cuello por nosotros.
Ahora pueden sospechar que critico tanto esta obra porque este blog está patrocinado por Bilderberg…
Señor Rockefeller, si está leyendo esto que sepa que acepto donaciones.

Puntuación: 37 sobre 100



miércoles, 16 de septiembre de 2009

ESTAMPAS DE MI CIUDAD (QUINTA SERIE) - Alfonso García Muñoz


Título: Estampas de mi ciudad
Autor: Alfonso García Muñoz (Quito, Ecuador, 1906)
Año de publicación: 1981
Edición: Autoedición
Páginas: 186, Preámbulo + 23 capítulos





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"...Y este es el primero de sus méritos: la agudeza y fecundidad de su espíritu observador. Cuantos han escrito sobre costumbres quiteñas populares no han pasado de una docena de artícu­los. No han encontrado más asuntos ni han pe­netrado en todos los campos de observación. Bien es verdad que, con el cambio de costumbres y con la amplitud de la ciudad tentacular, que es Quito, se han multiplicado los objetos y los temas de estudio... ".
11.. .Su vis cómica no es menos digna de en­comio. El pueblo habla en las páginas de sus li­bros, con esa abundancia de modismos que for­man lo que tiene de llamativo el folclor. Los diálogos están tomados del natural. Si el arte los puliera, como pudiera hacerlo, perderían el encanto que tiene el habla popular. El mérito está en enlazarlos en la narración de modo que no se observe que el escritor adrede los conserva con su ingenuo primitivismo, obteniendo de ellos toda la gracia que encierran.
"... Los aficionados a la lingüística, que son muchos en América y aún en el Ecuador, encon­trarán en ESTAMPAS DE MI CIUDAD un arsenal abundante para extraer modismos, giros popula­res, ecuatorianismos, quiteñismos, que son tan apreciados y que tanto se utilizan en la compara­ción de dialectos y en la depuración del idioma de Castilla.
".. .Además de este servicio a las letras sus libros presentan otro muy valioso; en ellos que­dan estampadas dramáticamente nuestras cos­tumbres. Lo que no se encuentra en las obras de historia, serias y clásicas, se hallará en ellos...".
Nicolás Jiménez

El libro del que hoy hablaré, "Estampas de mi ciudad" de Alfonso García Muñoz, es una colección de relatos breves de carácter cómico que pretende mostrar situaciones y personajes típicos de la ciudad de Quito. De hecho la mayoría de estos relatos rinden homenaje al famoso chulla quiteño, una figura que podríamos considerar equivalente a la del pícaro de la tradición española. Este es un individuo que se dedica a buscarse la vida. Se caracteriza por una sempiterna comicidad no exente de un fondo de amargura y por un, pese a todo, rigor ético cuyas fronteras jamás traspasa. Dicho de otra forma, es un personaje de ficción que puede estar basado en un tipo social pero que, sin duda, ha sido idealizado por la literatura, el cine y la música popular. Lo mismito que el pícaro, en resumen.
Por lo que he entendido en el prólogo del libro los relatos de los que está compuesto fueron publicados en "El Comercio", diario del que Alfonso García Muñoz era colaborador. Posteriormente el mismo autor se encargó de recopilar todos sus escritos y publicarlos en Bogotá en una colección de series (la obra que estoy comentando corresponde con la quinta serie).
No he leído ninguno de los otros libros auto-publicados por el autor pero entiendo que la selección no ha sido planificada ya que no hay unidad ni relación entre las diferentes historias más allá de que estén todas ambientadas en la capital de Ecuador y que muchos de los relatos están narrados en primera persona por Evaristo, álter ego del autor. Evaristo es un pobre diablo con ínfulas intelectuales, un hombre que intenta sobrevivir con dignidad en una ciudad que quiere conservar su esencia añeja pero que está siendo transformada por obra y milagro de San Petróleo. Esta casado con Jesusa, una mujer de la calle (en el buen sentido de la expresión, si es que existe uno malo), deslenguada e impaciente pero cargada de esa sabiduría popular que se presupone a las verduleras. En algún capítulo parece que Evaristo trabaja en una oficina, en otros que se dedica a hacer chapuzas de lo que salga y en otros que hace las veces de amo de casa y es su Jesusa la que trabaja vendiendo joyas. Suele ser un personaje sobrepasado por los acontecimientos (acontecimientos que en numerosas ocasiones tienen el nombre de su mujer), a través del cual vamos conociendo mejor el corazón que late dentro de la gran ciudad. Las pinceladas pueden ser amables en unas ocasiones, trágicas en otras, pero siempre hay espacio para la ironía y los juegos de palabras. De lo que se desprende de sus opiniones es que el autor es un nostálgico del Quito en blanco y negro. Aunque intenta asimilar los cambios con humorismos siempre queda aquel regusto de que todo tiempo pasado fue mejor.
En este libro abunda la crítica social. Todos los relatos tienen si no una moraleja sí una queja, tanto a las convenciones sociales que impiden el progreso de los ciudadanos, como de las corruptelas de políticos y gobernantes, lacra endémica en ese país. Mención aparte merecen las páginas que dedica a los caciques y tenientes políticos de las provincias en el relato titulado "Caciques de aldea", uno de los más memorables del libro. También habla de las injusticias que sufren los indios, del injusto reparto de la nueva riqueza y de los pobres que malviven en su misma ciudad. García Muñoz ofrece siempre soluciones para arreglar su mundo, unas más utópicas que otras. El problema es que el tono general de la obra puede confundir al lector y no sabe si las críticas son en serio o no. Esto es algo que a mí me pasa con los cómicos ecuatorianos. Voy a poner un ejemplo que vi una vez en un vídeo del famoso humorista Carlos Michelena y que me parece que justifica mi afirmación:
Estamos en un parque y Michelena, con la cara pintada de blanco, representa su actuación rodeado por un corro de gente. El cómico se caracteriza vagamente como un preso (no recuerdo si se pone la típica camisa a rayas o un gorro), pone voz de falsete y hace su monólogo (no soy capaz de acordarme del gag, sólo sé que no me resultó muy divertido).
El público se descojona de la risa, Michelena se endereza, se quita el disfraz y, con su propia voz, dice:
-¿Les ha hecho gracia? Claro. Se nota que ninguno de ustedes ha estado en la cárcel. Pues que sepan que la vida del preso es muy dura…
Es como si un amigo te cuenta un chiste, te ríes y el amigo te echa una bronca por reírte.
Esa sensación es habitual al leer este libro. Algunas situaciones son ingeniosas pero de alguna forma García Muñoz quiere que te sientas culpable por permitir que esas situaciones ocurran.
Vale, no creo que sea incompatible el sentido del humor con la crítica social pero la verdad es que, personalmente, estoy acostumbrado a otro tipo de humor, uno políticamente incorrecto.
Otro detalle que me canta es que a menudo repite trucos, como esos finales del tipo todo fue un sueño (que se pueden justificar en el relato titulado "Soñar no cuesta nada" pero nunca en el llamado "¡Viva el carnaval!") o las apariciones del personaje del gringo, bastante repulsivo.
Lo que no se puede negar es que el retrato que hace de Quito es muy vivo. No sólo en las descripciones sino también en la forma de hablar de sus habitantes. Me refiero a los modismos que emplea y al uso de la proverbial sal quiteña.
Este es un libro recomendable para los que quieran conocer (o recuperar) una ciudad en un período muy concreto, el de la aparición del petróleo, cuando Quito se estaba transformando a pasos tímidos en la ciudad que es hoy.
Pero el que se quiera reír con estos cuentos, ya le aviso, con "Estampas de mi ciudad" no se va a partir el ojete, no.

Pûntuación: 59 sobre 100



sábado, 5 de septiembre de 2009

LÍRICO Y PROFUNDO (IÍ) - Guillermo Aguirre


Título: Lírico y profundo
Autor: Guillermo Aguirre (Argentina, 1941)
Año de publicación: 2006
Edición: LibrosEnRed E-book
Páginas: 233, Prólogo + 13 partes + Epílogo + Referencias + Acerca del autor + Editorial LibrosEnRed
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No tiene texto en contraportada
Como adelanté en el anterior artículo voy a comenzar hoy haciendo una reflexión de las mías. Para ello lo que haré será reducir la historia que conté anteriormente a su esqueleto. Veamos.
Un "aventurero" descubre, él sólo y de manera fortuita, un tesoro de cuya existencia nadie tenía conocimiento. Casualmente las características de este tesoro se ajustan con las de otro tesoro mítico venerado por una secta (una secta con mucho dinero y mucha influencia a nivel mundial, todo sea dicho). Este aventurero sólo le notifica el descubrimiento a un amigo pertenece a esa misma secta. El conocido moviliza sus contactos y la secta subvenciona una expedición, pero finalmente el aventurero no revela el lugar del tesoro.
Un año más tarde el aventurero y su amigo convencen al gobierno ecuatoriano para financiar otra expedición. De nuevo el aventurero se enfurruña cuando ya estaba dispuesto y los lleva a una entrada falsa.
Pasan los años y se organiza otra, en este caso una mega-expedición internacional que moviliza a expertos de todo el mundo de las más diversas disciplinas (incluidos murcielólogos; ¿cómo puede alguien ser murcielólogo y que no se le caiga la cara de vergüenza?), a una celebridad interplanetaria e incluso a un miembro del gobierno de la República del Ecuador. Ofrecen al aventurero fortuna y reconocimiento a cambio de que, esta vez sí, los lleve hasta la cueva correcta, pero él únicamente exige algo que sabe que no le van a conceder, el control absoluto de la expedición.
Hoy día el emplazamiento sigue siendo secreto, después de los ríos de tinta que se han escrito sobre el tema, del dineral que se ha invertido y de la cantidad de personas que se han jugado la vida por localizarlo.
Si lo contemplamos de esta forma el misterio de la Cueva de los Tayos es uno de los que tienen menos posibilidades de ser ciertos de cuantos he conocido y no son pocos). Definitivamente Moricz es un caradura que se inventó una historia inverosímil para ganar algo de dinero embaucando a una secta de crédulos. La bola de nieve fue haciéndose más grande de lo que esperaba y hubo un momento en el que no la pudo parar, así que se dedicó a tirar balones fuera y afirmar que la entrada era un secreto para que no le tildaran de estafador. Sin embargo…
Sin embargo, si me preguntan si yo creo que realmente hay un tesoro oculto en una cueva perdida de la Cordillera del Cóndor diré que sí. Ciegamente. Y estos son los motivos que me hacen creer:
Primero porque la historia es fascinante y, como ya comenté en el artículo de "El oro de los dioses", yo estoy dispuesto a creer en todo aquello que haga del mundo un lugar más mágico, más misterioso.
El segundo motivo por el que creo en la veracidad del relato del húngaro es porque todos los personajes que se han visto involucrados en él han quedado marcados de para siempre. Juan Moricz dedicó el resto de su vida a buscar tesoros perdidos en las montañas aunque esta vez en forma de yacimientos. Llegó a ser uno de los más importantes empresarios mineros de Ecuador. Por su parte, Julio Goyén Aguado, después de su primera visita a la cueva, se interesó por la espeleología. Como ya dije fundó el Centro Argentino de Espeleología y exploró grutas en todo el mundo. El ingeniero Stan Hall después de su fallida expedición de 1976 no ha dejado ni de creer ni de investigar sobre el tema. Tanto es así que hace pocos años publicó un libro donde exponía sus investigaciones y sus cálculos sobre la ubicación del acceso secreto. El propio Neil Armstrong, un hombre famoso por la parquedad y contención de sus declaraciones, llegó a afirmar que la experiencia que vivió en el interior de la tierra fue más impactante en su vida que la que vivió en su misión a la Luna. Casi nada.
La tercera razón me parece la más importante de todas, y es la labor del autor. Guillermo Aguirre destila en cada una de las líneas que escribe ríos de honestidad. Sin carambolas extrañas del azar nos expone todos los sucesos con una sencillez y una lógica tal que el lector no puede poner en duda sus palabras. Juan Moricz no revela la entrada secreta pero no porque sea un estafador si no porque no se daban las condiciones mínimas de seguridad que se deberían exigir para que un descubrimiento de esta envergadura, que podría trastocar para siempre todas las nociones que tenemos sobre el hombre y el universo, no sea pasto de huaqueros o del Museo Británico. Me pongo en su piel y yo habría hecho lo mismo.
Y esto cuando hablamos de Moricz, de quien, a fin de cuentas, podemos albergar alguna sospecha sobre su honorabilidad. Pero si el texto nos deja claro que si Julio Goyén Aguado afirma haber estado en la cámara del tesoro, Julio Goyén Aguado ha estado en la cámara del tesoro. Fin de la discusión. Y no es porque yo lo digo y punto. Animo a todo el mundo a que adquiera esta obra y se la lea. No verán en la semblanza de Goyén ni la más mínima sombra de cinismo o de hipocresía. Ni siquiera es necesario haberle conocido en persona para saber que fue un hombre honrado y consecuente con su ética como los ha habido pocos. Tengo que felicitar a Guillermo Aguirre por haber sido capaz de transmitir este carácter sin hacer que el personaje sea frío o inhumano.
Esto no ocurre solamente en este caso. Todo el libro está redactado con oficio pero sin artificios, algo completamente inusual en un autor novel (al menos no me consta que sea profesional; no he localizado ninguna otra obra suya). Es capaz de despertar el interés del lector en cada momento, pero sin utilizar trucos ni medias palabras. Lamento repetirme tanto pero un tema como este se presta para ser muy fantasioso (que se lo digan a von Däniken) y, sin embargo, se nota sinceridad en cada una de las páginas.
También como biografía es un gran obra, siempre teniendo en cuenta que está escrita por un amigo. Nunca nos pinta una faceta desagradable del personaje biografiado. Y Goyén Aguado no es un personaje, fue una persona de carne y hueso, por lo que supongo que, por muy virtuoso que fuera, alguna falla de carácter habrá tenido. Pero Aguirre ha sido sabio al escoger el tono de la obra. Julio Goyén Aguado no es un personaje público. Ni siquiera es conocido más allá del círculo que le trató en vida. Así el autor nos lo ha presentado someramente pero nos ha dado lo que realmente esperábamos de este libro: la verdad sobre el misterio de la Cueva de los Tayos. De hecho se podrían separar los capítulos biográficos de los dedicados a las expediciones en la selva y tendríamos dos libros diferentes y perfectamente legibles. Ni qué decir tiene que al integrarlos compone un libro redondo.
No digo más, que ya he alargado de sobra este artículo. Sólo me queda felicitar a don Guillermo Aguirre por lo bien que ha saldado la deuda con su amigo. Enhorabuena.
Puntuación: 92 sobre 100

viernes, 4 de septiembre de 2009

LÍRICO Y PROFUNDO (I) - Guillermo Aguirre


Título: Lírico y profundo
Autor: Guillermo Aguirre (Argentina, 1941)
Año de publicación: 2006
Edición: LibrosEnRed E-book
Páginas: 233, Prólogo + 13 partes + Epílogo + Referencias + Acerca del autor + Editorial LibrosEnRed






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No tiene texto en contraportada.
Aviso, este es el primer artículo que publico dividido en dos partes. Me he visto obligado a hacerlo así porque realmente tengo mucho que decir sobre este libro. Hace años que me siento atrapado por el tema que trata y he de decir que la lectura de "Lírico y profundo" me ha afectado hasta el punto de hacerme perder el sueño.
Hoy comentaré "Lírico y profundo", de Guillermo Aguirre, la biografía oficial y autorizada de Julio Goyén Aguado, un argentino de origen español que, entre otras cosas, se hizo mormón en un tiempo en el que nadie más lo era, investigó las raíces del pueblo vasco, fundó y presidió hasta su muerte el Centro Argentino de Espeleología, promovió la catalogación como Monumento Histórico Nacional el lugar de nacimiento del general José de San Martín, libertador del sur de la América española, consiguió bautizar a su hija en la Iglesia Juradera de la Casa de Juntas de Guernica (siendo el primer bautizo que se celebra en ese lugar en siete siglos), recuperó la figura del tenor vasco-argentino Florencio Constantino, encontró momias y restos de culturas pre-colombinas en las alturas de los Andes argentinos y falleció en un trágico accidente de tráfico.
Todo eso entre otras cosas.
Y esas otras cosas, por supuesto, se refieren a la Cueva de los Tayos. Julio Goyén Aguado ha sido una de las dos únicas personas que han estado en la cámara del tesoro (que se sepa, al menos).
Anteriormente ya me referí a este misterio que late en las selvas ecuatorianas, pero ahora lo resumiré mejor.
En el año 1965 el húngaro nacionalizado argentino Juan Moricz se encontraba en la selva de Ecuador, entre los indios colorados. Quería probar la existencia de una relación entre el idioma de estos indios con la primitiva lengua magyar. Estos indios le hablaron de una cueva perdida en el oriente custodiada por los indios shuar (los temidos jíbaros), donde, desde tiempos inmemoriales, se almacenaban artefactos pertenecientes a una civilización perdida. Moricz se internó en la cueva (en una de las entradas, que la Cueva de los Tayos es en realidad un complejo sistema de grutas en las estribaciones septentrionales de la cordillera del Cóndor) y llegó hasta la biblioteca, una sala enorme llena de estatuas de oro y de planchas de distinto metales nobles donde, a modo de libros, aparecen inscripciones en caracteres desconocidos.
Moricz quiso que este descubrimiento saliera a la luz, de manera que organizó varias expediciones. La primera de ellas implicó a la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, quienes estaban especialmente receptivos en el tema (Joseph Smith, profeta e iniciador de la religión mormona, habla de un libro de oro escondido en los Andes donde se narra la historia de la humanidad desde sus albores; para más inri el ángel anunciador que le reveló las Escrituras a Smith se llamaba Moroni y la entrada a la Cueva de los Tayos está situada en la provincia ecuatoriana de Morona-Santiago). Moricz descubre que los mormones van a traicionarle y les oculta la entrada a la cámara pero sí se la muestra a su amigo y compañero en la expedición Julio Goyén.
Un año después organiza otra expedición, en este caso conjuntamente con el gobierno ecuatoriano. Moricz vuelve a desconfiar y los lleva a la entrada principal, pero no a la secreta.
Pese al fracaso de esta expedición la historia se da a conocer y llega a los oídos de Erich von Däniken, un escritor suizo que estaba muy en boga en esos tiempos gracias al éxito de sus dos best-sellers, "Recuerdos del futuro" y "Regreso a las estrellas". Von Däniken se persona en Guayaquil, ciudad donde reside Moricz, y se entrevista con él. El húngaro le relata toda su historia pero no le lleva hasta las cuevas. A raíz de esta entrevista Erich von Däniken publica "El oro de los dioses", donde tergiversa el relato de Moricz para adaptarlo a sus teorías. Este libro le hace ganar unos cuantos milloncejos más.
Gracias a von Däniken el misterio de la Cueva de los Tayos da la vuelta al mundo e interesa sobremanera a Stan Hall, un ingeniero escocés. Éste se entrevista a su vez con Juan Moricz para quedar definitivamente convencido de la veracidad de la historia. Tanto es así que en 1976 Hall se encarga de organizar una expedición multidisciplinar acaparada por la Corona Británica y presidida nada menos que por Neil Armstrong, el primer hombre que pisó la Luna. Ciertas desavenencias logísticas impidieron aprobar todas las condiciones exigidas por Moricz, de manera que el húngaro se desvinculó del proyecto cediendo su lugar a Julio Goyén Aguado. Una vez más se explorarán las grutas conocidas pero Moricz y Goyén respetarán su pacto de silencio y no revelarán la entrada secreta.
Pasaron los años y la mayor parte de los protagonistas fallecieron en circunstancias más o menos extrañas. Moricz muere en 1991 y deja a Goyén Aguado como heredero universal de toda la fortuna que ha ido labrando a lo largo de los años como empresario minero. Goyén muere en 1999 y le lega al autor, con quien comparte una amistad de cuarenta años, las pruebas sacadas de la cueva así como los planos de la cámara del tesoro y el compromiso para que éste le escribiera su biografía contando toda la verdad.
Esta es, a grandes rasgos, la epopeya de la Cueva de los Tayos, misterio al que el autor dedica la mayor parte de las páginas de este libro. Y es que, aún cuando Guillermo Aguirre nunca traiciona la intención de escribir una biografía de Julio Goyén Aguado, da la impresión de que esta sólo se muestra en los capítulos iniciales y en los finales, cuando no habla de nada relacionado con la caverna. En el grueso central el protagonista absoluto es el húngaro Juan Moricz.
En el próximo artículo haré un experimento. Voy a contar de nuevo toda la historia pero enfocándolo desde otro prisma. En cualquier caso ya voy adelantando la nota que le daré a este libro.
Puntuación: 92 sobre 100
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