viernes, 24 de julio de 2009

EL ORO DE LOS DIOSES - Erich von Däniken


Título: El oro de los dioses
Autor: Erich Anton Paul von Däniken (Zofingen, Suiza, 1935)
Año de publicación: 1974
Título original: Aussaat und Kosmos
Edición: Ediciones Martínez Roca, colección Nueva Fontana
Traducción: Eduardo Videla
Páginas: 220, 7 capítulos



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La más fantástica visión de nuestro pasado:
¿Fue visitada la Tierra
por viajeros procedentes del espacio?
En una época desconocida, y en una lejana galaxia, inteligencias semejantes a las humanas habrían libra­do una gran batalla.
Los vencidos en aquella batalla huyeron en una nave espacial. Para despistar a sus enemigos, no aterri­zaron en un planeta de condiciones óptimas, sino en otro menos adecuado donde, como demuestran los dibujos rupestres aducidos por Däniken, hubieron de llevar casco y aparatos de oxígeno durante algún tiempo.
Para protegerse, excavaron los grandes laberintos subterráneos, y además colocaron en otro planeta, el quinto del sistema solar, falsas instalaciones y emi­soras. Los enemigos cayeron en la trampa y destru­yeron brutalmente todo el planeta, cuyos restos son los asteroides que ahora vemos. Creyendo aniquila­dos a los vencidos, los vencedores regresaron a su galaxia.
Los vencidos habitaron en la tierra y dejaron aquí los restos de sus gigantescas obras...

Erich von Däniken nos propone una teoría. Hace muchos, muchos años, se desencadenó una guerra terrible entre dos facciones enemigas. Fue una guerra apocalíptica que se dio en algún logar de la galaxia y las civilizaciones que se enfrentaron en ella estaban muy avanzadas tecnológicamente. Los derrotados huyeron y se fueron a esconder en un planeta hostil donde la vida inteligente aun no se había desarrollado. Este bando de los vencidos decide intervenir en la evolución de las formas de vida de su planeta de acogida (al que llamaremos... mmm... no sé... ¿planeta Tierra?... no, mejor Felizonia). Gracias a sus avanzadas técnicas genéticas consiguen acelerar el proceso evolutivo hasta que aparece una especie con capacidad de raciocinio. Una especie creada a su imagen y semejanza. Esta nueva especie toma a sus creadores como dioses. Convierten sus historias en mitos y representan artísticamente los artefactos que emplean los visitantes en máscaras, pinturas y otros objetos artesanales que todavía hoy se pueden encontrar por toda la superficie de Felizonia. Un día los visitantes abandonan el planeta (o bien se mezclan con los felizones y se olvidan de su pasado, o bien los encuentran sus perseguidores, o bien se mueren de una epidemia colectiva de fimosis; eso no queda muy claro). Desaparecen con todas sus cosas dejando entre los pobres y desamparados felizones recuerdos de sus dioses.
Esta tesis la expuso von Däniken en su primer libro, "Recuerdos del futuro" (1970), y en los treinta siguientes lo único que ha hecho ha sido aportar más y más pruebas que confirmen su teoría. El problema es que para el investigador suizo cualquier cosa es una prueba. Que en Madagascar descubren pinturas rupestres en las que aparecen figuras humanas con cuernos es porque los hombres que las hicieron tuvieron contacto con astronautas con antenas. Que una tribu perdida en las selvas de Borneo se viste con plumas en sus ritos es porque sus antepasados conocieron dioses que podían volar como pájaros. Que el tren Cercanías de Renfe con destino Cercedilla sufre un retraso de más de veinte minutos es porque la tecnología con la que se construyó está basada en la de nuestros antepasados y en su planeta natal no tenían que subir pendientes como las de Guadarrama.
Ese es el problema de Erich von Däniken, porque si te paras a pensar su planteamiento no es tan disparatado y alguno de los indicios que aporta son casi irrefutables, pero es que el 90% está cogido con hilos. Tanto es así que en las últimas obras que ha publicado apenas aporta pruebas nuevas. El suizo se dedica a defenderse de sus críticos como gato panza arriba. Pero sus últimos libros ya no son best-sellers internacionales.
Sí lo fue el libro del que estoy hablando hoy, "El oro de los dioses", a pesar de repetir el mismo esquema de sus obras interiores. Lo fue porque presentó un enigma desconocido al gran público, un enigma que originó un gran revuelo en su momento y que hoy está lamentablemente olvidado. Me refiero a la Cueva de los Tayos.
Para el que no lo conozca, es un complejo de cuevas que descubrió el húngaro-argentino Juan Moricz en la selva ecuatoriana, muy cerca de la frontera con Perú. Dentro del laberinto de cuevas, que parecen artificiales por las formas planas de las paredes, además de por la existencia de dinteles, arcos y bóvedas, hay una sala enorme que contiene una biblioteca formada por planchas de metal. Dichas planchas tienen grabadas unos símbolos que (según la tradición) podría narrar la historia de la humanidad desde los primeros días. Aunque una de las entradas a dicho complejo de cuevas es conocida (está en la provincia de Morona Santiago, República de Ecuador), la ubicación de la sala del tesoro sólo la conocen unos pocos. Luego la historia se va complicando con intraterrestres, mormones y Neil Armstrong. Les animo a que lo busquen por internet. Merece la pena.
Erich von Däniken conoce la fascinante aventura de Moricz y se entrevista con él. Luego aprovecha para tirarse el pisto en este libro diciendo que él mismo estuvo en la cueva y visitó la biblioteca dorada (más tarde tuvo que admitir que no era cierto). Por supuesto todo lo que aparece en la Cueva de los Tayos corrobora sus ideas sobre la Guerra de las Galaxias Primigenia.
La verdad es que yo soy muy receptivo a todos los temas relacionados con el misterio y estoy dispuesto a creerme las historias más inverosímiles (todo aquello que pueda hacer del mundo un lugar menos aburrido), pero, por mucho que el autor se empeñe, un bajorrelieve en el que aparecen cuadrículas no es un circuito con chips integrados, ni unos círculos grabados en una plancha metálica no es un código binario. Eso por no hablar del fragmento que paso a reproducir.
¡Siempre nos topamos con las mismas incongruencias! Existe un fruto delicioso que desde hace miles de años se conoce en todas las regiones tropicales y subtropicales de la tierra: el plátano. La leyenda hindú habla del «ma­ravilloso kandali» (el banano) que trajeron a la Tierra los «manu», seres excelsos y protectores de la humanidad que procedían de otro astro, con una cultura mucho más desarrollada que la nuestra. Pero el banano es una planta que no tiene semilla; luego de dar fruto, la planta perece, por lo que debe cortarse el tallo a ras de suelo dejando que una de las yemas del tallo subterráneo se desarrolle para dar origen a una nueva planta. Así, la banana nos plantea una incógnita: se la encuentra hasta en las islas más solitarias de los mares del sur. ¿De dónde es origi­naria esta planta? ¿Si no tiene semilla, cómo pudo dar la vuelta al mundo? ¿La trajeron, como cuenta la leyenda hindú, los «manu» de otro astro?

...sin comentarios...
Pero no quisiera unirme a la tropa dedicada a linchar a von Däniken. Cuando quiere dice cosas muy interesantes, expone misterios apenas conocidos y es apasionado. Realmente se cree todo lo que dice. Por todo ello no le juzgaré con demasiada severidad. Por ello y porque pone muchas fotos.
Puntuación: 59 sobre 100

sábado, 18 de julio de 2009

ARGONAUTAS DE LA SELVA - Leopoldo Benites Vinueza


Título: Argonautas de la selva
Autor: Leopoldo Benites Vinueza (Guayaquil, Ecuador, 1905)
Año de publicación: 1945
Edición: Clásicos Ariel - Biblioteca de autores ecuatorianos
Páginas: 342, estudio preliminar + a manera de prólogo + 33 capítulos + cronología + obras consultadas + documentos sobre los que se basa esta obra



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No tiene texto en contraportada.


Este libro (este par de libros que en realidad conforman uno sólo) nos narra las aventuras de Francisco de Orellana, quizás el más desventurado de los conquistadores (con permiso de Núñez de Balboa). Y no nos narra sus hechos más afortunados, como la fundación de Santiago de Guayaquil y Portoviejo, si no aquel por el que aún se le recuerda pero que causó su perdición, el descubrimiento del río Amazonas.
Comienza con su salida desde la mentada Guayaquil para unirse a la expedición de Gonzalo Pizarro en busca de las tierras del Cacique Dorado y el País de la Canela y acaba con el regreso de Orellana para conquistar los territorios ribereños del gran río en nombre del rey de España. Acompañaremos al extremeño en su descenso por los ríos Coca, Napo, Aguarico y el mismo Amazonas, luchando contra el hambre, los mosquitos y las tribus hostiles. Navegaremos a través de la desembocadura de vuelta a la civilización, costeando el litoral atlántico de Sudamérica. Seremos testigo de su desesperación en España, ahogado por la burocracia cortesana de Carlos I, las intrigas de los envidiosos y la presión de los acreedores. Seremos testigos también de la transformación del héroe, de su pérdida de fe y de cómo se lanza al océano sin provisiones suficientes y sin el permiso real, llegando incluso a saquear un navío con su misma bandera para poder cruzar hasta América. También presenciaremos su desastroso final, perdido entre los meandros del río que debía ser suyo.
Este era un libro predestinado a ser leído por mí. No puedo evitarlo, me fascinan las vidas de los conquistadores españole, a pesar de que soy el primero en reconocer que son un hatajo de bandoleros crueles, salvajes, hipócritas, mentirosos, tramposos e incultos y que, con la ayuda de la fuerza, destruyeron imperios prósperos y sumergieron en las tinieblas de la esclavitud (y de la Contrarreforma, que también fue muy oscura) pueblos que antes habían sido libres. Todo esto es cierto, pero como aparece mencionado en el prólogo, las mejores novelas de caballería son las de la historia de la conquista de América. Lo tienen todo y son apasionantes.
He de confesar que tengo una manía al leer muy contraproducente, y es que me suelo leer los libros completos, de cabo a rabo. Esto quiere decir que, aunque no debería hacerlo, me leo el prólogo antes de la novela en sí y en ocasiones, sobre todo cuando no lo ha escrito el propio autor sino algún estudioso de la obra o enchufado de la editorial, está plagado de spoilers.
Este es el caso. El libro comienza con un estudio preliminar a cargo de Hernán Rodríguez Castelo donde ocurre eso. No es demasiado grave porque "Argonautas de la selva" trata sobre un personaje histórico de manera que igualmente la Wikipedia te puede reventar la historia. Pero, lo que más me sorprendió y que no había visto antes, es que en el prólogo ponen la obra a caldo. Cuando lo normal es elogiar las virtudes de la narración que se está presentando aquí el señor Rodríguez Castelo se encarga de descubrir todos sus errores. Que si abusa de las descripciones, que no recurre a más fuentes que a la de fray Gaspar de Carvajal, componente de la expedición, que si es demasiado indulgente con el protagonista, como si hubiera sido un ejemplo de virtudes... Vamos, que te pones en lo peor y se te quitan las ganas de seguir con la lectura.
Y luego la verdad es que no está tan mal. Es verdad que a Benites Vinueza le gusta mucho describir la selva, mucho, mucho, pero no son descripciones pesadas o agobiantes, tienen color y cualquiera que haya podido sobrevivir a Tolkien sobrevivirá a "Argonautas de la selva". Quizás las fuentes no sean variadas, al menos en la primera parte, pero este no es un libro de historia propiamente, así que ofrece el rigor que puedo exigir como lector. Sobre si el protagonista es plano... pues sí que lo es, qué le vamos a hacer. Pero no creo que se pueda sacar mucho más de la vida de Francisco de Orellana. Eligió mucho mejor Ramón J. Sender cuando escribió "La aventura equinoccial de Lope de Aguirre".
Para mí eso fue precisamente lo peor de esta obra, el agravio comparativo con la novela de Sender (incluso con la película "Aguirre, la cólera de Dios", de Werner Herzog), la cual realmente nos presenta una aventura perfecta que además está protagonizada por un villano. Ésta si es una novela que releeré.
Estilísticamente el libro es muy clásico, cosa de esperar cuando el autor abandonó la novela y se decidió por un pseudo-libro de historia. El problema es que no consigue transmitir. El lector no se identifica con los personajes cuando están abandonados en la selva. Los ves morir de hambre pero nunca te ha dado la impresión de que lo hayan pasado tan mal (se llega a pensar que para ser soldados son bastante blanditos).
Otra cosa muy distinta es cuando, en el segundo volumen, Orellana intenta reunir una flota para conquistar sus nuevas tierras. Indigna las actitudes de un rey y un príncipe despreocupados por las colonias en Indias y que se dedican a gastar a manos llenas todas las riquezas que llegan de ultramar en las estériles guerras europeas.
Los reyes españoles, siempre ajenos a la realidad.

Puntuación: 61 sobre 100

lunes, 13 de julio de 2009

LOS HOMBRES QUE NO AMABAN A LAS MUJERES - Stieg Larsson


Título: Los hombres que no amaban a las mujeres
Autor: Karl Stig-Erland Larsson (Skelleftehamn, Västerbotten, Suecia, 1954)
Año de publicación: 2005
Título original: Män som hatar kvinnor
Edición: E-book
Traducción: Martin Lexell y Juán José Ortega Román
Páginas: 411, prólogo+cuatro partes+epílogo+reseña bibliográfica

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El protagonista de la novela se llama Mikael. Ha trabajado durante mucho tiempo en una revista de sociología y de economía. Ese es su único currículo como «investigador». Sin embargo, en el ocaso de su vida recibe un encargo sorprendente. Un hombre llamado Henrik Vanger le pide que investigue una desaparición que se remonta muy atrás en el tiempo. La de su sobrina, que quizás fue asesinada. En cualquier otro momento de su vida Mikael, que ha sido una auténtica estrella del periodismo, hubiera renunciado, pero éste no es un momento cualquiera.Mikael tiene problemas con la justicia, está vigilado y encausado por una querella por difamación y calumnia. Detrás de la querella está un gran grupo industrial que amenaza con derrumbar su carrera y destruir su reputación. De manera que se hace ayudar por Lisbeth Salander. Lisbeth es una mujer turbadora, incontrolable, socialmente inadaptada, con todas las partes del cuerpo o bien tatuadas o bien perforadas por piercings. Pero tiene extraordinarias cualidades como investigadora, entre ellas una excelente memoria fotográfica y un extraordinario dominio informático que le permitirán encontrar lo inencontrable.
Nos encontramos hoy con uno de esos libros que la EMT regala con cada ticket del Metro de Madrid. Ya saben a qué me refiero. Esta es una novela que está leyendo todo el mundo, a todas horas, en todo lugar. Y no sólo es eso. Hasta hace las marquesinas de publicidad del transporte público también te acosaban para que fueras a ver la película basada en esta obra a los cines. Publican la última parte de la trilogía y en todos los informativos aparece el reportaje en el que se muestran las colas en las librerías.
Estamos ante una moda. Sin embargo ¿esto qué quiere decir, que el libro es bueno o es malo?
Si nos remitimos a los antecedentes en lo que respecta a modas literarias las perspectivas no pueden ser más desalentadoras. Recapitulemos: "El ocho" (Katherine Neville), "Los pilares de la tierra" (Ken Follet), "El código da Vinci" (Dan Brown), "Harry Potter y..." (J. K. Rowling), "La historiadora" (Elizabeth Kostova), "Crepúsculo" (Stephenie Meyer)...
¿Qué podemos salvar de entre toda esta morralla? Nada que merezca la pena, ya lo digo yo.
Bien es cierto que generalizar es de capullos y que de vez en cuando ha saltado la liebre y se ha publicado un best-seller realmente bueno, pero no se dejen confundir. Cada vez que alguien alega esto siempre acaba refiriéndose a "El nombre de la rosa", de Umberto Eco. Y si siempre se refieren a la misma novela es que no hay mucho más donde rascar.
"Los hombres que no amaban a las mujeres" fue una novela que me resultó antipática desde la primera vez que la vi expuesta en el Fnac. No sé si fue por el pomposo título o por la composición de la portada, el caso es que me pareció un libro modernuki escrito por algún jovencito pastillero con el afán de transformar el panorama de la literatura mundial hablando de lo que realmente quiere/piensa la juventud de hoy día. Algo así como una "Historias del Kronen" pero escandinava, que mola más. Supongo que habría bastado una consultilla en internet sobre el libro y el autor para darme cuenta de lo erróneo de mis apreciaciones, pero no voy a ponerme a investigar sobre cada libro que me repele. Me perderé grandes obras, pero no voy a desperdiciar mi tiempo así.
Después de ver pasar los siguientes volúmenes de la trilogía Millenium de mano en mano y de vitrina en vitrina, empezó a picarme la curiosidad (ese gregario que todos tenemos dentro). Fue el consejo de un amigo el que me animó a leerme esta novela (eso y el hecho de poder descargármela gratis) y así, a lo tonto, me he convertido en otro fan de Stieg Larsson.
"Los hombres que no amaban a las mujeres" es una novela policíaca. Es más de estilo europeo (ambiente cerrado, un crimen, una lista de sospechosos, un detective sagaz) que de estilo americano (la noche, el sabueso rudo, los hampones, la femme fatale), y eso es algo que, por mi parte, juega en contra del autor sueco. Adoro a Marlowe y no puedo evitar odiar a Holmes. Pero está muy bien hecha. Lo está porque, aunque pronto te vas figurando cómo será el desenlace de la trama principal, en realidad no te importa. Te importan más los personajes y lo que vaya a ocurrir con ellos.
Realmente llega uno a sentir aprecio por todos los protagonistas, aunque en ocasiones puedan parecer demasiado europeos. Supongo que eso se debe a que culturalmente tenemos una mentalidad muy norteamericana y en los libros nos llaman la atención conductas que no nos afectan en la vida real. No sé, a mi me pasa. Los personajes follan entre ellos sin compromisos y dejan de hacerlo cuando quieren, sin grandes dramas. Tienen una mentalidad moderna y liberada. Nosotros también, pero eso no quiere decir que lo aceptemos en la ficción.
Si algo se puede reprochar es que el personaje de Lisbeth Salander es demasiado guay. El autor la quiere hacer tan especial, tan distinta, que en ocasiones (en contadas ocasiones, bien es verdad) chirría. Vamos, que no te la crees. Supongo que se irá asentando más en las siguientes novelas.
El ritmo de la narración es lento. Blomkvist no encuentra la pista que le da la posibilidad de desentrañar todo el misterio hasta casi la mitad del libro. Antes no consigue avanzar ni un ápice, pero el interés del lector no decae en ningún momento. Eso es porque esta trama principal está muy bien acompañada por un puñado de subtramas secundarias que a menudo resultan aún más emocionantes. De hecho, desde que se descubre al villano hasta que acaba la novela transcurren páginas y páginas. Pero páginas que no son gratuitas, que uno está esperando casi desde el primer capítulo.
Además de que nada es gratuito en esta novela Stieg Larsson evita siempre hacerle trampas al lector, un vicio muy común en la novela negra. Si quiere ocultar algo lo oculta, no intenta desviar la atención. Al final no quedarán cabos sueltos.
Otra cosa. Por si alguien lo duda la historia es auto-conclusiva. Si alguien no se anima a leerla porque le preocupa que le vayan a obligar a leerse los tres tochos para poder a enterarse de algo, que sepa que no es así. Otra cosa es que es muy probable que quiera seguir con la siguiente.
En resumen, una obra que acompañará a la de Eco como excepción que confirma la regla.
Puntuación: 88 sobre 100
PS: Por fin me he puesto al día.




martes, 7 de julio de 2009

GUERRA MUNDIAL Z - Max Brooks

Título: Guerra Mundial Z
Autor: Maximillian Brooks (New York, USA, 1972)
Año de publicación: 2006
Título original: World War Z: An Oral History of the Zombie War
Edición: E-book
Traducción: --
Páginas: 182, Introducción + 8 partes + agradecimientos




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Por fin, toda la verdad sobre la pasada guerra con los muertos vivientes Max Brooks ha dedicado varios años a recorrer el mundo en busca de todos los testimonios que ahora reúne aquí sobre la guerra mundial zombi. Por insólito que parezca este libro, que algunos tildan de novela demasiado realista, es la parte censurada del informe que le encargó Naciones Unidas para que quedara memoria de “La Crisis”, los “Años Oscuros” o la “Plaga Andante”, principalmente conocida como Guerra Mundial Z. Al parecer había “demasiado factor humano”. Este libro aclara realmente cómo el doctor Kwang Jingshu descubrió los primeros casos y se destaparon las pruebas ocultadas por el gobierno chino sobre el gran estallido. También cómo surgió y se propagó el controvertido Plan Naranja de supervivencia, fruto de un oscuro cerebro del apartheid sudafricano. Además contiene los testimonios directos de gentes de la posguerra: contrabandistas de Tíbet, oficiales de servicios secretos de medio mundo, militares, científicos, industriales, políticos, ecologistas, supermodelos, gentes de culturas alternativas tras el cataclismo y muchos otros que lucharon para defendernos de la amenaza de los zombis. También de aquellos que no lo hicieron tanto e incluso de aquellos que creen que la lucha continúa. Por fin, el mundo sabrá la historia verdadera de cómo la humanidad estuvo a punto de extinguirse. Desde el fin oficial de hostilidades se han producido numerosas tentativas para documentar la guerra zombi. Guerra Mundial Z es el relato definitivo, realizado por los propios supervivientes, de los detalles tecnológicos, militares, sociales, económicos y políticos de cómo la civilización estuvo al borde de la extinción en la lucha total contra el muerto viviente. Un relato insólito y realista, lleno de interrogantes sobre cómo se comportó la Humanidad ante la gran amenaza de la extinción




Por fin voy a hablar de este libro. Hace meses que estoy con la comezón de haberme leído "Guerra Mundial Z" y no haberlo comentado (por la razón que ya dije antes).
Y es que es una novela, si es que la podemos llamar así, estupenda. Muy, muy entretenida. De hecho he leído muy pocos libros que me hayan podido afectar tanto como para soñar con ellos (y tengo constancia de que esto es algo que no sólo me ha ocurrido a mí).
"Guerra Mundial Z" es un libro histórico donde nos habla de la Tercera Guerra Mundial. Esta guerra, como todos sabemos, fue fundamentalmente distinta de las dos anteriores porque no fue entre aliados de las democracias occidentales contra aliados de Alemania si no de vivos contra muertos. La guerra contra los zombies, que tantos estragos causó en nuestra sociedad, es aquí analizada puntillosamente. Y no es este un tema desconocido para el autor, ya que antes de alcanzar el éxito mundial con el libro del que hoy nos ocupamos, Max Brooks se dio a conocer con "Guía de supervivencia zombie", un manual que da las nociones necesarias para resistir a una epidemia de muertos vivientes (los podría llamar "infectados", pero no me da la gana; a mi no me acojonaría que me fuera a atacar un "infectado" pero sí que lo hiciera un muerto). Es un librito muy divertido donde nos explica qué es un zombie, las partes que lo componen, las ventajas y desventajas de ser un zombie así como una serie de pequeños consejos acompañados de diagramas aclaratorios para construir refugios y defendernos de los monstruos. Como digo se trata de un libro muy agradable que se lee en un plis.
Pero no se puede compara con la magnitud que representa "Guerra Mundial Z".
No sé si le pasará a todo el mundo, pero cuando me hablan de un libro (película, cómic, videojuego…) de zombies automáticamente pienso en una trama más o menos similar a la de "La noche de los muertos vivientes". Un grupo pequeño de personas indefensas se enfrenta al horror de una oleada de zombies. Con pequeñas variantes ese ha sido el armazón que han empleado todos estos relatos.
Max Brooks, respetando las reglas del género (en el capítulo de los agradecimientos hace mención especial al maestro George A. Romero) va un paso más allá. Qué coño un paso, va kilómetros más allá. Nos sitúa años después de que una epidemia de zombies asole el planeta. Poco a poco se está volviendo a la normalidad y un periodista (que se supone que es el mismo autor) se dedica a recorrer el mundo recopilando testimonios de los supervivientes. Así nos va presentando un mosaico que abarca todas y cada una de las etapas que se darían en un acontecimiento semejante, desde sus mismos orígenes hasta la victoria final. Y cuando digo todas quiero decir todas. Brooks hace un análisis exhaustivo del mundo en el que estamos viviendo hoy día y nos plantea como le afectaría un apocalipsis de estas características. Hay narraciones cortas, de un puñado de líneas, y relatos que abarcan decenas de páginas, pero si hay algo que mantiene el autor en todo momento es la verosimilitud. Todo cuadra en su sitio. Las reacciones de los gobiernos de cada país (terrorífico el capítulo dedicado a Corea del Norte; nos insinúa que no es imprescindible que nos meriende un infectado para convertirnos en zombies) resultan tan creíbles como la desesperación de un anciano ciego en un bosque de Japón aprendiendo a sobrevivir sólo entre manadas de bestias infrahumanas. Nada es gratuito y nada se escapa al ojo Brooks. Según vas devorando las páginas tienes siempre la sensación de que toda ha ocurrido tal y como te lo están contando. Esto es un gran acierto del autor ya que, aunque no es lo que uno se espera al comenzar a leer el libro, lo que consigue es abrirnos los ojos antes las miserias de la política y la sociedad actual.
De vez en cuando nos presenta unos capítulos épicos que se pueden poner a la par de las mejores narraciones de guerras históricas. La gran batalla de Yonkers consigue transmitir un ambiente desesperado, cuando las tácticas de la guerra moderna se muestran inútiles ante enemigos que no pueden sentir miedo (parece ser que a este capítulo se va a dedicar la película que está en preproducción en el momento en el que estoy escribiendo este comentario).
Pero son tantos momentos: la incredulidad de los primeros días, los estafadores que intentan lucrarse con la tragedia vendiendo fármacos que no funcionan (¿alguien ha dicho Tamiflu?), la guerra submarina contra los zombies, la casa de Gran Hermano VIP,… Es que un guionista hábil podría sacar veinte películas del material que nos ofrece Max Brooks.
Es un libro ágil, intenso, muy elaborado y documentado.
Ah, y además es de zombies.
Imprescindible.

Puntuación: 94 sobre 100

jueves, 2 de julio de 2009

ÁNGELES Y DEMONIOS (FINAL CUT) - Dan Brown

Título: Ángeles y demonios
Autor: Dan Brown(Exeter, New Hampshire, USA, 1964)
Año de publicación: 2000
Título original: Angels & Demons
Edición: Umbriel Editores, 2004
Traducción: Eduardo G. Murillo
Páginas: 606, 137 capítulos








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El arma más poderosa creada por el hombre, una organización secreta sedienta de venganza… y apenas unas horas para evitar el desastre. La eterna pugna entre ciencia y religión se ha convertido en una guerra muy real.En un laboratorio de máxima seguridad, aparece asesinado un científico con un extraño símbolo grabado a fuego en su pecho. Para el profesor Robert Langdon no hay duda: los Illuminati, los hombres enfrentados a la iglesia desde los tiempos de Galileo, han regresado. Y esta vez disponen de la más mortífera arma que ha creado la humanidad, un artefacto con el que pueden ganar la batalla final contra su eterno enemigo. Acompañado de una joven científica y un audaz capitán de la Guardia Suiza, Langdon comienza una carrera contra reloj, en una búsqueda desesperada por los rincones más secretos del Vaticano. Necesitará todo su conocimiento para descifrar las claves ocultas que los Illuminati han dejado a través de los siglos en manuscritos y templos, y todo su coraje para vencer al despiadado asesino que siempre parece llevarle la delantera.El autor de “El Código Da Vinci” nos arrastra a una espiral de acción sin pausa, un impactante thriller donde se suceden las sorpresas y se revelan algunos de los más oscuros enigmas de la historia. Fuerzas que han permanecido ocultas durante siglos y que ahora planean destruir la iglesia… literalmente.


Bueno, vamos al lío, que hay mucha tela que cortar. Si es que soy capaz.
La novela no funciona. Y no funciona principalmente porque el armazón es endeble. Está muy mal construido. No tengo nada en contra de que un autor se abandone en manos en manos de la casualidad a la hora de elaborar las tramas de su historia (soy lector de Paul Auster y me gustan las películas de Julio Médem), pero hay formas y formas.
Atención, voy a poner un ejemplo con el que reventaré una de las sorpresas finales del libro. Yo no tendré remordimientos para destripar una novela tan mala pero, si alguien tiene intención de leérsela, avisado queda.
A lo que iba.
Tú puedes jugar a que dos personajes determinados se vuelvan a encontrar al cabo de muchos años en el lugar más improbable de la Tierra. Yo, como lector, diré "Qué casualidad". Tú puedes ponerte a jugar con el tiempo y el espacio haciendo que dos determinados personajes se encuentren una y otra vez, repitiendo incluso las mismas situaciones. Yo, como lector, me daré cuenta del juego y decidiré si quiero o no jugar contigo. Tú puedes contarme al final de la historia que todo ha sido un plan minuciosamente tramado por el camarlengo del Papa, pero que para que tenga éxito necesita que se produzcan acontecimientos que no puede provocar y no estén en su mano, como que el director del CERN descubra el diario del cura/científico asesinado y se presente en el Vaticano en el momento exacto, unos minutos antes de la cuenta atrás. Yo, como lector, pillaré un rebote y pensaré que me estás tomando el pelo y que la trama es una soberana gilipollez.

Pues "Ángeles y demonios" está plagado de estos fallos de guión. El autor se los permite impunemente porque el ritmo de narración es tan frenético que uno no se da cuenta si no a posteriori.
Ya que hemos mencionado el ritmo de la novela aprovecho para comentarlo. En los primeros capítulos el autor nos va metiendo a grandes cucharadas la historia, haciéndonos creer que tiene cierta profundidad por lo espesa que es (Brown te explica las características de la antimateria una página antes de que te hable de la historia de la iglesia católica y uno no se entera ni de qué personajes son los que están hablando), cuando en realidad es de lo más vulgar y está plagada de errores garrafales. Los capítulos finales son más de lo mismo. Muchas respuestas, más respuestas que las preguntas que se formulan a lo largo de la novela (o, dicho de otra forma ¿cómo que el camarlengo es el hijo de un Papa que mantuvo siempre los votos y murió casto?). Lo que se encuentra entre el planteamiento y el desenlace no es más que una loca carrera por roma en busca de las siete bolas de dragón. Sin ningún problema este librillo se podría haber titulado "Ángeles y gymkhanas" (cómo me gusta últimamente eso de retitular novelas, hay que joderse).
Del resto poco más tenemos que decir. Aparece un protagonista anodino, un héroe loser que no hace si no fracasar una y otra vez en el rescate de los cardenales y otro puñado de personajes a los que se les ve el plumero a kilómetros (quizás Dan Brown intenta elaborar un personaje más complejo con el camarlengo y sus contradicciones morales, pero todo es tan absurdo que al final queda convertido en un muñeco de guiñol).
Podría hablar de mil cosas más que justificasen el cero que le he cascado, como esa técnica tan enervante que utiliza el autor en muchos de los capítulos, en plan: "Y entonces Langdon abrió el cofre del pirata y todos observaron maravillados su contenido. FIN DEL CAPÏTULO" (sólo le falta añadir: "¿Qué es lo que contiene el cofre? Lo sabrán mañana, a la misma bat-hora y en el mismo bat-canal").
Pero no necesito justificarme. El libro es una mierda.


Puntuación: 0 sobre 100







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