Autor: Dan Brown(Exeter, New Hampshire, USA, 1964)
Año de publicación: 2000
Título original: Angels & Demons
Edición: Umbriel Editores, 2004
Traducción: Eduardo G. Murillo
Páginas: 606, 137 capítulos
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El arma más poderosa creada por el hombre, una organización secreta sedienta de venganza… y apenas unas horas para evitar el desastre. La eterna pugna entre ciencia y religión se ha convertido en una guerra muy real.En un laboratorio de máxima seguridad, aparece asesinado un científico con un extraño símbolo grabado a fuego en su pecho. Para el profesor Robert Langdon no hay duda: los Illuminati, los hombres enfrentados a la iglesia desde los tiempos de Galileo, han regresado. Y esta vez disponen de la más mortífera arma que ha creado la humanidad, un artefacto con el que pueden ganar la batalla final contra su eterno enemigo. Acompañado de una joven científica y un audaz capitán de la Guardia Suiza, Langdon comienza una carrera contra reloj, en una búsqueda desesperada por los rincones más secretos del Vaticano. Necesitará todo su conocimiento para descifrar las claves ocultas que los Illuminati han dejado a través de los siglos en manuscritos y templos, y todo su coraje para vencer al despiadado asesino que siempre parece llevarle la delantera.El autor de “El Código Da Vinci” nos arrastra a una espiral de acción sin pausa, un impactante thriller donde se suceden las sorpresas y se revelan algunos de los más oscuros enigmas de la historia. Fuerzas que han permanecido ocultas durante siglos y que ahora planean destruir la iglesia… literalmente.
Bueno, vamos al lío, que hay mucha tela que cortar. Si es que soy capaz.
La novela no funciona. Y no funciona principalmente porque el armazón es endeble. Está muy mal construido. No tengo nada en contra de que un autor se abandone en manos en manos de la casualidad a la hora de elaborar las tramas de su historia (soy lector de Paul Auster y me gustan las películas de Julio Médem), pero hay formas y formas.
Atención, voy a poner un ejemplo con el que reventaré una de las sorpresas finales del libro. Yo no tendré remordimientos para destripar una novela tan mala pero, si alguien tiene intención de leérsela, avisado queda.
A lo que iba.
Tú puedes jugar a que dos personajes determinados se vuelvan a encontrar al cabo de muchos años en el lugar más improbable de la Tierra. Yo, como lector, diré "Qué casualidad". Tú puedes ponerte a jugar con el tiempo y el espacio haciendo que dos determinados personajes se encuentren una y otra vez, repitiendo incluso las mismas situaciones. Yo, como lector, me daré cuenta del juego y decidiré si quiero o no jugar contigo. Tú puedes contarme al final de la historia que todo ha sido un plan minuciosamente tramado por el camarlengo del Papa, pero que para que tenga éxito necesita que se produzcan acontecimientos que no puede provocar y no estén en su mano, como que el director del CERN descubra el diario del cura/científico asesinado y se presente en el Vaticano en el momento exacto, unos minutos antes de la cuenta atrás. Yo, como lector, pillaré un rebote y pensaré que me estás tomando el pelo y que la trama es una soberana gilipollez.
Pues "Ángeles y demonios" está plagado de estos fallos de guión. El autor se los permite impunemente porque el ritmo de narración es tan frenético que uno no se da cuenta si no a posteriori.
Ya que hemos mencionado el ritmo de la novela aprovecho para comentarlo. En los primeros capítulos el autor nos va metiendo a grandes cucharadas la historia, haciéndonos creer que tiene cierta profundidad por lo espesa que es (Brown te explica las características de la antimateria una página antes de que te hable de la historia de la iglesia católica y uno no se entera ni de qué personajes son los que están hablando), cuando en realidad es de lo más vulgar y está plagada de errores garrafales. Los capítulos finales son más de lo mismo. Muchas respuestas, más respuestas que las preguntas que se formulan a lo largo de la novela (o, dicho de otra forma ¿cómo que el camarlengo es el hijo de un Papa que mantuvo siempre los votos y murió casto?). Lo que se encuentra entre el planteamiento y el desenlace no es más que una loca carrera por roma en busca de las siete bolas de dragón. Sin ningún problema este librillo se podría haber titulado "Ángeles y gymkhanas" (cómo me gusta últimamente eso de retitular novelas, hay que joderse).
Del resto poco más tenemos que decir. Aparece un protagonista anodino, un héroe loser que no hace si no fracasar una y otra vez en el rescate de los cardenales y otro puñado de personajes a los que se les ve el plumero a kilómetros (quizás Dan Brown intenta elaborar un personaje más complejo con el camarlengo y sus contradicciones morales, pero todo es tan absurdo que al final queda convertido en un muñeco de guiñol).
Podría hablar de mil cosas más que justificasen el cero que le he cascado, como esa técnica tan enervante que utiliza el autor en muchos de los capítulos, en plan: "Y entonces Langdon abrió el cofre del pirata y todos observaron maravillados su contenido. FIN DEL CAPÏTULO" (sólo le falta añadir: "¿Qué es lo que contiene el cofre? Lo sabrán mañana, a la misma bat-hora y en el mismo bat-canal").
Pero no necesito justificarme. El libro es una mierda.
Puntuación: 0 sobre 100
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