sábado, 18 de julio de 2009

ARGONAUTAS DE LA SELVA - Leopoldo Benites Vinueza


Título: Argonautas de la selva
Autor: Leopoldo Benites Vinueza (Guayaquil, Ecuador, 1905)
Año de publicación: 1945
Edición: Clásicos Ariel - Biblioteca de autores ecuatorianos
Páginas: 342, estudio preliminar + a manera de prólogo + 33 capítulos + cronología + obras consultadas + documentos sobre los que se basa esta obra



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No tiene texto en contraportada.


Este libro (este par de libros que en realidad conforman uno sólo) nos narra las aventuras de Francisco de Orellana, quizás el más desventurado de los conquistadores (con permiso de Núñez de Balboa). Y no nos narra sus hechos más afortunados, como la fundación de Santiago de Guayaquil y Portoviejo, si no aquel por el que aún se le recuerda pero que causó su perdición, el descubrimiento del río Amazonas.
Comienza con su salida desde la mentada Guayaquil para unirse a la expedición de Gonzalo Pizarro en busca de las tierras del Cacique Dorado y el País de la Canela y acaba con el regreso de Orellana para conquistar los territorios ribereños del gran río en nombre del rey de España. Acompañaremos al extremeño en su descenso por los ríos Coca, Napo, Aguarico y el mismo Amazonas, luchando contra el hambre, los mosquitos y las tribus hostiles. Navegaremos a través de la desembocadura de vuelta a la civilización, costeando el litoral atlántico de Sudamérica. Seremos testigo de su desesperación en España, ahogado por la burocracia cortesana de Carlos I, las intrigas de los envidiosos y la presión de los acreedores. Seremos testigos también de la transformación del héroe, de su pérdida de fe y de cómo se lanza al océano sin provisiones suficientes y sin el permiso real, llegando incluso a saquear un navío con su misma bandera para poder cruzar hasta América. También presenciaremos su desastroso final, perdido entre los meandros del río que debía ser suyo.
Este era un libro predestinado a ser leído por mí. No puedo evitarlo, me fascinan las vidas de los conquistadores españole, a pesar de que soy el primero en reconocer que son un hatajo de bandoleros crueles, salvajes, hipócritas, mentirosos, tramposos e incultos y que, con la ayuda de la fuerza, destruyeron imperios prósperos y sumergieron en las tinieblas de la esclavitud (y de la Contrarreforma, que también fue muy oscura) pueblos que antes habían sido libres. Todo esto es cierto, pero como aparece mencionado en el prólogo, las mejores novelas de caballería son las de la historia de la conquista de América. Lo tienen todo y son apasionantes.
He de confesar que tengo una manía al leer muy contraproducente, y es que me suelo leer los libros completos, de cabo a rabo. Esto quiere decir que, aunque no debería hacerlo, me leo el prólogo antes de la novela en sí y en ocasiones, sobre todo cuando no lo ha escrito el propio autor sino algún estudioso de la obra o enchufado de la editorial, está plagado de spoilers.
Este es el caso. El libro comienza con un estudio preliminar a cargo de Hernán Rodríguez Castelo donde ocurre eso. No es demasiado grave porque "Argonautas de la selva" trata sobre un personaje histórico de manera que igualmente la Wikipedia te puede reventar la historia. Pero, lo que más me sorprendió y que no había visto antes, es que en el prólogo ponen la obra a caldo. Cuando lo normal es elogiar las virtudes de la narración que se está presentando aquí el señor Rodríguez Castelo se encarga de descubrir todos sus errores. Que si abusa de las descripciones, que no recurre a más fuentes que a la de fray Gaspar de Carvajal, componente de la expedición, que si es demasiado indulgente con el protagonista, como si hubiera sido un ejemplo de virtudes... Vamos, que te pones en lo peor y se te quitan las ganas de seguir con la lectura.
Y luego la verdad es que no está tan mal. Es verdad que a Benites Vinueza le gusta mucho describir la selva, mucho, mucho, pero no son descripciones pesadas o agobiantes, tienen color y cualquiera que haya podido sobrevivir a Tolkien sobrevivirá a "Argonautas de la selva". Quizás las fuentes no sean variadas, al menos en la primera parte, pero este no es un libro de historia propiamente, así que ofrece el rigor que puedo exigir como lector. Sobre si el protagonista es plano... pues sí que lo es, qué le vamos a hacer. Pero no creo que se pueda sacar mucho más de la vida de Francisco de Orellana. Eligió mucho mejor Ramón J. Sender cuando escribió "La aventura equinoccial de Lope de Aguirre".
Para mí eso fue precisamente lo peor de esta obra, el agravio comparativo con la novela de Sender (incluso con la película "Aguirre, la cólera de Dios", de Werner Herzog), la cual realmente nos presenta una aventura perfecta que además está protagonizada por un villano. Ésta si es una novela que releeré.
Estilísticamente el libro es muy clásico, cosa de esperar cuando el autor abandonó la novela y se decidió por un pseudo-libro de historia. El problema es que no consigue transmitir. El lector no se identifica con los personajes cuando están abandonados en la selva. Los ves morir de hambre pero nunca te ha dado la impresión de que lo hayan pasado tan mal (se llega a pensar que para ser soldados son bastante blanditos).
Otra cosa muy distinta es cuando, en el segundo volumen, Orellana intenta reunir una flota para conquistar sus nuevas tierras. Indigna las actitudes de un rey y un príncipe despreocupados por las colonias en Indias y que se dedican a gastar a manos llenas todas las riquezas que llegan de ultramar en las estériles guerras europeas.
Los reyes españoles, siempre ajenos a la realidad.

Puntuación: 61 sobre 100

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