lunes, 14 de diciembre de 2009

SIN NOTICIAS DE GURB - Eduado Mendoza



Título: Sin noticias de Gurb
Autor: Eduardo Mendoza Garriga (Barcelona, España, 1943)
Año de publicación: 1990
Edición: Seix Barral, cuarta edición, febrero 2000
Páginas: 143, nota del autor + 16 días






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«Sin noticias de Gurb es sin duda el libro más excén­trico de cuantos he escrito. No hay en él una sola som­bra de melancolía. Es una mirada sobre el mundo asom­brada, un punto desamparada, pero sin asomo de tra­gedia ni de censura.»




Eduardo Mendoza

Perdido en la Barcelona preolímpica, el extrate -rrestre Gurb pone al servicio de su supervivencia la extraña cualidad de adoptar el aspecto que le plazca. Se pierde con la apariencia de Marta Sánchez, mientras su compañero alienígena inicia la búsqueda en la jun­gla urbana. Por su diario personal vamos conociendo las increíbles peripecias de un extraterrestre en Bar­celona.

En este relato de carácter paródico y satírico la inven­ción de Eduardo Mendoza convierte la Barcelona coti­diana y absurda en el escenario de una carnavalada. Tras las máscaras pintarrajeadas y grotescas se revela el ver­dadero rostro del hombre urbano actual y, tras el estilo literario, la acerada conciencia artística del escritor.

Por fin, después de mucho tiempo, he hecho las paces con Eduardo Mendoza y he vuelto a sus brazos. No ha sido sencilla la reconciliación y aún ha quedado cierta desconfianza por mi parte, pero al menos nuestra relación ya no es tan distante como lo era hasta hace bien poco. Esta mejora ha sido gracias a la novela que comentaré hoy, “Sin noticias de Gurb”.
En este libro vamos a seguir paso a paso las aventuras de un marciano (perdón, quise decir extraterrestre, que los marcianos son una panda de cursis que sólo saben jugar al golf y hablar mal del servicio) de misión en la Tierra que tiene que localizar a Gurb, su compañero perdido. El protagonista, el extraterrestre sin nombre, es una criatura de buenas costumbres (antes de acostarse reza sus oraciones y los domingos va a misa de ocho) que tiene la capacidad de cambiar su forma a voluntad. El alienígena intenta mimetizarse con la sociedad barcelonesa de principio de los noventa, asimilando sus costumbres y su forma de vida sin dejar de buscar a Gurb.
Esta es una novela de humor de las más divertidas que he leído. Siendo una obra española se agradece ese tono de buen humor inglés (lo identifico así porque un mundo en el que ocurren cosas absurdas continuamente pero el narrador o el protagonista las cuenta de forma natural lo asocio automáticamente con los Monty Python, Terry Pratchett, Douglas Adams). Además la estructura de la obra es muy adecuada para la comicidad de la misma (Mendoza se adelantó en muchos años a la creación de Twitter), pues mediante sentencias breves evita tener que alargar las situaciones hasta que dejen de tener gracia. La estructura es la siguiente:

09:35 Gag de cinco líneas.
09:47 Otro gag corto.
10:38 Otro gag corto que puede enlazar o no con los anteriores.
11:54 Un gag un poco más largo donde se desarrolla el efecto.

Todo el libro tiene esta apariencia de cuaderno de bitácora que por un lado permite mucha libertad al autor a la hora de encajar gags y por otro transmite un ritmo muy ligero, pues no se pierde en reflexiones ni se regodea en las situaciones, consiguiendo que el lector no deje de sonreír en ningún momento. Mucho me temo que si esta obra estuviera redactada de una manera más ortodoxa habría perdido casi toda su gracia, convirtiéndose en otro Plutón fiasco verbenero.
Aclararé ahora (porque lo quiero aclarar) la afirmación con la que abrí este artículo. Yo he llegado a ser un fan irredento de Eduardo Mendoza. Desde que le descubrí en la colosal obra titulada “La ciudad de los prodigios” (novela imprescindible que me sigue pareciendo la mejor que se ha escrito en España en los últimos cincuenta años) me convertí en mendocista. Devoré la trilogía del detective sin nombre (“El misterio de la cripta embrujada”, “El laberinto de las aceitunas” y “La aventura del tocador de señoras”), me sumergí en la guerra encubierta entre patronos y proletarios de “La verdad sobre el caso Savolta”, conocí la Venecia mágica de “La isla inaudita” y tuve que para ahí. Lo siento, sé que es una opinión personal y no tengo ninguna intención de argumentarla (entre otras cosas porque ya ha pasado mucho tiempo desde que lo leí y ya no me acuerdo de casi nada), pero “La isla inaudita” me pareció un tostón insuperable, de una magnitud tal que me hizo dejar de leer a Mendoza durante más de cinco años (hasta ahora). Sé que no es justo, que he disfrutado tanto con su literatura que sólo por un desencanto (que además es una novela corta), no debería haber dejado de leerle, pero acabé alargando el reencuentro un año tras otro (me ha ocurrido lo mismo con Saramago después de “Las intermitencias de la muerte”). Supongo que fue simplemente pereza. No sé. El caso es que una persona cercana a mí leyó hace no mucho “La ciudad de los prodigios” y ha caído en la misma fiebre que me embargó a mí años atrás. Esta persona (bueno, mi hermano, para qué cojones tanto misterio) me ha obligado a leer “Sin noticias de Gurb y ha merecido la pena, aquí está de nuevo ese sentido del humor que tanto me hizo reír.
Sin embargo…
Vale, no quería pero voy a tener que decirlo. Como lector he de lamentar el rumbo que Mendoza parece haber decidido tomar. Veo su bibliografía de los últimos años y no veo otra ciudad de los prodigios, no veo esa profundidad ni esa épica que sí aparecía en sus primeras novelas. Lo siento, pero me da la impresión (ojala que sea incorrecta) que él mismo considera que ya tocó techo con esa novela y ahora únicamente se dedica a la comedia ligera. Que se le da muy bien, no puedo afirmar lo contrario, pero su literatura ya no es aquella de la que me enamoré.
Volviendo a “Sin noticias de Gurb”, por si no había quedado claro, es un relato fresco, ágil y muy divertido (no obstante, según el propio autor, es su libro más vendido y uno de los más imitados), pero intrascendente. Tan rápido como se lee se olvida, aunque deja un poso dulce en la memoria.

Puntuación: 72 sobre 100

viernes, 4 de diciembre de 2009

ZIG ZAG - José Carlos Somoza


Título: Zig Zag
Autor: José Carlos Somoza (La Habana, Cuba, 1959)
Año de publicación: 2006
Edición: Random House Mondadori,colección Debolsillo, primera edición, enero 2007
Páginas: 569, Prólogo + 33 capítulos + epílogo + nota del autor



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Elisa Robledo, joven profesora de física teórica, guarda un se­creto terrible. Un secreto que se remonta a diez años atrás, pero que no ha dejado de atormentarla desde entonces. Hasta esa mañana, cuando comprende que tendrá que huir para salvar su vida y que necesitaría la ayuda de su único amigo, un colega de su departamento.Junto a él, Elisa comenzará a recordar las claves de lo sucedidocuando era alumna del prestigioso científico David Blanes, cuyosanálisis, basados en la «teoría de cuerdas», quizá harían posiblecontemplar el pasado de la humanidad, convertirla en testigo dela crucifixión de Cristo o vislumbrar la Tierra en pleno períodoJurásico, pero acabaron ofreciendo un resultado insospechado yescalofriante. » .Ahora, años después, Elisa intentará evitar el peligro letal que se cierne sobre ella y todos los que estuvieron relacionados con aquellos experimentos. Un peligro fruto de una implacable per­secución...Una novela imposible de abandonar hasta la última página, que co­loca al lector frente a las puertas -temibles y fascinantes- del horror.«El inquietante y escalofriante thriller de un escritor atemperado pero implacable para desarrollar historias y describir ambientes tur­badores.»Qué Leer


La novela de la que hablaré a lo largo de este artículo es "Zig Zag", de José Carlos Somoza, un thriller científico escrito en España. Acojona, ¿verdad?

Esta es la historia de Elisa Robledo, una brillante licenciada en física que se incorpora a un proyecto secreto cuyo fin es obtener imágenes del pasado (este dato hubiera preferido no revelarlo porque el autor esconde la finalidad del proyecto hasta bien enfada la novela, pero ya el texto de la contraportada se encarga de destriparlo, así que qué más dá). El grupo de científicos que se reúne para este objetivo logra el éxito, pero despierta a un ser peludo y con dientes que se dedicará a exterminarlos uno a uno y de la forma más horrenda posible. Pasan los años y la protagonista intenta rehacer su vida, pero el monstruo sigue acechando agazapado en las esquinas del tiempo (esta frase es mía) para poder completar su matanza.

Si exponemos la trama de esta forma parecerá que esta historia se ha escrito ya un millón de veces: un grupo de amigos/niños/compañeros que, sin querer, desata un horror que pretende acabar con todos ellos. Después de un enfrentamiento inicial parece que la amenaza remite pero, pasado el tiempo, los supervivientes del grupo tienen que reunirse de nuevo para encarar al susodicho ente en una apocalíptica batalla final. ¿A que no les cuesta nada ponerle un título? Vamos, si Stephen King vive casi en exclusiva de este argumento.

Esta novela es un best-seller al uso. Parte de una idea básica, a la que podríamos denominar "de cuarto de baño" (aquella que se te ocurre en el excusado y piensas: "Oye, pues molaría"). En torno a ella se va construyendo la historia. Los personajes no tienen que ser profundos ni las situaciones originales. No denuncia nada salvo de forma superficial y no pretende nada. Pero da igual porque si la idea central está bien desarrollada y el ritmo es adecuado, la novela funciona.

"Zig Zag" es una novela que cumple. Por un lado la mencionada idea central es muy interesante (la de partida, al menos; aunque es muy poco lo que se sabe de la historia del Cronovisor, este me parece uno de los enigmas más fascinantes del siglo XX). Además, y eso se agradece, el autor nos hace un esbozo de lo que es la física moderna, sobre todo de la tan nombrada "teoría de cuerdas", que se hace muy amena y muy entendible para el lector profano. (Michael Crichton) José Carlos Somoza no es Punset pero se nota que se ha documentado sobre el tema.

La verdad es que es una novela que me ha resultado agradable de leer, a pesar de sus carencias (luego me referiré a ellas). Eso se debe a que Somoza se conoce las reglas del género y las aplica correctamente, haciendo interesante la lectura. Una de ella nos dice que la historia se ha de ir revelando poco a poco para mantener la intriga y que el interés del lector no decaiga hasta el apoteósico final. Esto es así. A pesar de sus más de quinientas páginas esta obra se lee en un pispas porque siempre quieres saber qué es lo que va a ocurrir más adelante. El problema es que Somoza repite hasta la saciedad un recurso que no me parece necesario ("Elisa entró en la cocina y buscó en el armarito de la despensa una lata de champiñones para echarla al estofado SIN IMAGINAR QUE SÓLO FALTABAN DOCE MINUTOS CON CUARENTA Y OCHO SEGUNDOS PARA QUE SU VIDA CAMBIARA PARA SIEMPRE JAMÁS"). Se puede utilizar este efecto un par de veces siempre y cuando el lector no note que están intentado despertar su interés artificialmente, pero aquí se nota. Y mucho.

Tampoco me gustó otro detalle, muy común en este tipo de obras por otro lado. A través de los personajes el autor nos va a explicar, muy despacio para que no nos perdamos, la idea sobre la que se desarrolla la trama. Cuando está seguro de que lo estamos entendiendo todo da un golpe encima de la mesa, le da la vuelta a la historia y nos explica lo que de verdad está ocurriendo muy por encima. Yo agradezco que una novela no me tome por tonto ni me dé bien masticadito todo, pero esto es trampa, puro artificio.

Ese es el gran mal que podemos achacarle a la novela (¿al género?): su enorme artificiosidad. Los personajes son puros estereotipos y no es fácil encariñarse con ninguno de ellos; el mundo en el que se sitúa es bipolar (el bien y el mal no son matices de la realidad, es el BIEN y el MAL); la estrucutra es innecesariamente circular (por cojones tiene que acabar donde empieza), y algunos giros que emplea Somoza en los últimos capítulos se cargan la apariencia de verosimilitud que se intenta mantener en el resto de la obra.

Pero contando esas limitaciones y a pesar de que el autor no muestra ni una chispa de estilo propio, este es uno de los libros construidos para ser megaéxitos de ventas que mejor funciona. Y se lo recomiendo a todo aquel que desee una lectura leve y fácil de digerir.

Puntuación: 65 sobre 100


viernes, 27 de noviembre de 2009

LITERATURA ECUADOR - Freddy Tumbalobos

Este no es artículo al uso. Hoy no voy a hablar del último libro que me he leído si no que voy a anunciar una separación. Desde hace un par de meses abrí un nuevo blog, uno dedicado exclusivamente a narrativa escrita en la República del Ecuador (es por ello que últimamente he escrito reseñas de muchos libros ecuatorianos). He dedicado muchos esfuerzos a esta nueva página (incluso he escaneado los libros que he leído y los he colgado para que cualquiera pueda descargárselo).
Hasta ahora los post que colgué (a razón de uno por semana) los había sacado directamente de este mismo blog, pero ya ha llegado el momento de independizarlo. A partir de ahora los artículos sobre libros ecuatorianos se publicarán exclusivamente en el nuevo blog. He tomado esta decisión porque quiero mantener el ritmo de publicar un artículo a la semana pero no quiero que este blog sea monotemático.
Bueno, no me alargo más. Para los que no lo conozcáis podéis visitar este blog en el siguiente enlace:

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lunes, 23 de noviembre de 2009

MORT - Terry Pratchett


Título: Mort
Autor: Terence David John Pratchett(Beaconsfield, Buckinghamshire, Reino Unido, 1948)
Año de publicación: 1987
Título original: Mort
Edición: Random House Mondadori,
colección Debolsillo, tercera edición, julio 2008

Traducción: Cristina Macia (con la colaboración de Celia Filipetto)
Páginas: 285
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En esta cuarta entrega de la hilarante saga del Mundodisco, Mortimer es un joven soñador y despistado a quien le toca en suerte una inesperada tarea: convertirse en aprendiz de la Muerte y aplicarse en liberar almas de su envoltura carnal. A decir verdad, Mort no está demasiado capacitado para ello, y en una de sus primeras misiones, liberar el alma de una atractiva princesa que está a punto de ser asesinada, decide en su lugar "liberar" el alma del asesino, interfiriendo así en los designios del Destino y provocando el consiguiente desaguisado. Por su parte, la Muerte, habiendo delegado buena parte de su trabajo en Mort, se dedica a beber, jugar a los dados y embarcarse en enrevesadas reflexiones filosóficas...


"Mort" es el cuarto libro de la saga Mundodisco. Como ya he comentado los tres anteriores este artículo será de una extensión inferior a la habitual porque gran parte de lo que puedo decir sobre esta novela ya lo he dicho con las otras.
Mort es un joven desgarbado (Fernando Fernán Gómez lo describiría como un zangolotino, aunque Pratchett prefiere decir de él que parecería que su cuerpo está compuesto en su mayoría de rodillas), hijo de un granjero. Debido a su nula aptitud para las tareas del campo el padre decide buscarle una colocación. La única que encuentra es la de aprendiz de La Muerte. La Muerte, por su parte, está buscando un heredero, alguien para que se case con su hija y a quien legarle su puesto. Encuentra a Mort. La novela nos cuenta cómo Mort aprende el oficio y cómo en su primera salida en solitario pone en peligro la naturaleza misma de la realidad, situación que no hará otra cosa que complicar.
Como ya he repetido en los post que he dedicado a las otras obras del autor, esta es una lectura realmente divertida. Los personajes son muy carismáticos (pos supuesto la palma se la lleva La Muerte, pero el protagonista es de los mejores personajes que han aparecido en la saga), las situaciones son hilarantes y, por encima de todo, la forma de escribir de Pratchett es muy cómica. La manera en la que describe los lugares y los personajes, los símiles, los continuos juegos de palabra (no quiero ni imaginar la terrorífica tarea que debe ser para la traductora adaptar este texto al castellano, aunque lo hace también como siempre), todo esta construido para arrancar una carcajada al lector.
Sin embargo…
Me duele decirlo porque me lo he pasado muy bien leyendo "Mort", pero esta obra tiene un "sin embargo". Su problema es que lo que nos narra es lo de siempre:
Personaje insignificante/perdedor/patán que se convierte en aprendiz de un oficio especial (hechicero, bruja, muerte). Dicho personaje, por accidente, desencadena un Apocalipsis. Hay viajes con los que vamos conociendo la geografía del Disco y acaba con un Gran Hechizo hecho en la Universidad Invisible.
Supongo que no es algo muy reprochable. No creo que alguien que se compre una novela de Ferry Pratchett lo haga esperando algo distinto a eso, pero la sensación de deja vù afea la experiencia de leer esta obra.
Honestamente no me queda mucho que añadir para estirar el artículo. Si acaso diré que Rincewind hace un cameo, y eso le hace subir la nota.

Puntuación: 78 sobre 100

domingo, 1 de noviembre de 2009

HISTORIAS ESPECTRALES - Edgar Allan García


Titulo: Historias espectrales
Autor: Edgar Allan García (Guayaquil, Ecuador, 1959)
Año de publicación: 2006
Edición: Alfaguara, serie Roja, primera reimpresión, marzo 2007
Páginas: 140, prólogo + 15 cuentos + estudio



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Luego del enorme éxito conseguido por Leyendas del Ecuador, aquí está lo que podríamos llamar una continuación para lectores jóvenes y adultos. En esta ocasión, Edgar Allan García ha logrado recrear espacios y personajes que a más de uno le pondrá la piel de gallina y le helará la sangre, por lo que recomendamos que la mayoría de estas historias no se lean de noche, ni mucho menos a solas, a menos que se consideren muy valientes.
Los mitos, leyendas y cuentos de este libro, y su intensidad, son una gran enseñanza sobre el Ecuador profundo, alimentado desde siempre de magia y misterio. Estamos convencidos de que este libro se convertirá en un verdadero clásico de la literatura infantil.

Hoy me toca comentar el último de los libros de relatos de los que me traje de mi reciente viaje a Quito. Todos los libros ecuatorianos que comentaré desde ahora hasta dentro de bastante tiempo serán novelas. Y el broche con el que cerraré este ciclo (ciclo que abarca “Leyendas y tradiciones quiteñas”, “Novelitas ecuatorianas” y “Estampas de mi ciudad”) es inmejorable. El libro del que voy a hablar a continuación me ha parecido el más ameno y el más regular.

“Historias espectrales” es una colección de cuentos cortos, ambientados en distintas localizaciones dentro de la República del Ecuador (considero un gran acierto el situar cada uno de ellos en su correspondiente lugar antes de comenzar cada historia), en los que se narran leyendas populares. La colección en sí está dedicada a un pueblo juvenil aunque no por ello se debería esperar que el autor se haya comedido con la atmósfera. Un claro ejemplo es el cuento titulado “El Supay”, digo heredero del mejor Lovecraft. Sí es cierto que aunque un fondo tenebroso fluye bajo la superficie de la mayor parte de los relatos García esquiva mostrarnos imágenes truculentas o situaciones realmente desagradables. Por ello, aunque en determinados momentos podemos sentirnos agobiados por la ambientación de algún cuento determinado (he de volver a referirme a “El Supay”; además de ser el cuento más largo es el más escalofriante y conseguido), hemos de decir que no son relatos de terror. Y me queda claro que no lo son porque el autor no lo ha querido. Si hubiera decidido desarrollar las historias por ese camino seguro que lo habría podido hacer, aunque la calidad del conjunto de la obra habría mermado.
“Historias espectrales” se puede considerar la continuación directa de la obra que dio a conocer al autor al gran público: “Leyendas del Ecuador”. No puedo hablar mucho de ese libro porque no lo he leído, pero lo conozco porque hay colgadas en la web unas grabaciones de audio que son, ni más ni menos, narraciones/representaciones de algunos de los relatos del libro mencionado. Para mí fue bastante como para que me sonara el nombre del autor (un nombre muy fácil de recordar y muy apropiado, pues su estilo a la hora de escribir recuerda bastante a Poe). Por lo que he podido comparar “Leyendas del Ecuador” e “Historias espectrales”, los cuentos que aparecen en este último parecen descartes del anterior, los cuales, por su temática, merecieron figurar en una obra diferente. Porque, si bien lo que diferencia ambos libros es que en el primero se cuentas leyendas más generales de estas tierras mientras que “Historias espectrales” está dedicada a aquellas que tienen relación con lo sobrenatural (algunas, que el último de los cuentos, “Bella Aurora”, sólo nos muestra cómo eran los festejos taurinos en el Quito colonial), el nexo de unión es la forma tan particular de narrar y reescribir las tradiciones populares que tiene Edgar Allan García. Uno de los cuentos que escuché de “Leyendas del Ecuador” es el titulado “El Yavirac”. Me resultó una historia muy interesante, un ejercicio de imaginación en el que el autor fusionaba elementos y formas tomadas de “Las mil y una noches” con el ambiente propio del fin del incario. No fue hasta después que me di cuenta que lo que me había contado García en ese cuento era la popular tradición de “La olla del Panecillo”, una de las más conocidas del Ecuador.
Lo mismo ocurre con esta obra. Sólo hay que buscar un poquito para encontrar que la base de los cuentos de este libro están ahí, que desde hace años se asustan a los niños de Zámbiza con la aparición de la Piedra yumba o que todo el mundo sabe que entre los muros de alguna vieja casona el Alamor hay una mujer emparedada esperando que la encuentren. La virtud del autor está en construir un clima de fábula alrededor de sus historias.
Sobre el estilo sólo pudo decir que García sabe adecuarlo perfectamente a lo que pide cada uno de sus relatos. Si el cuento está narrado por un anciano a un grupo de niños el estilo será sencillo, suave y el narrador salpicará su discurso con canciones y poemillas. Si la historia la cuentan los herederos de Naún Briones (me basta que aparezca este nombre en texto para que despierte mi interés; próximamente releeré y comentaré “Polvo y Ceniza”, de Eliécer Cárdenas, una de mis novelas favoritas), el tono será repetitivo, monótono, truculento y desordenado, como si realmente fuera un bandido analfabeto el que lo estuviera contando.
En fin, una colección de cuentos muy grata aunque algo escasa, ya que la mayor parte de ellos se despacha en un par de páginas. De hecho me gustan mucho los hiperbreves (los que están bien hechos, que algunos autores se escudan con la excusa de la economía de palabras para justificar su pereza), pero algunos de estos cuentos pedían, a mi entender, una mayor profundidad.

Puntuación: 88 sobre 100


lunes, 19 de octubre de 2009

VILLA DIAMANTE - Boris Izaguirre


Título: Villa Diamante
Autor: Boris Rodolfo Izaguirre Lobo (Caracas, Venezuela, 1965)
Año de publicación: 2007
Edición: Booket, Planeta, quinta impresión, febrero 2009
Páginas: 524, 25 capítulos




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Dos hermanas, Irene y Ana Elisa, se asoman a un destino cruel que llevará sus vidas por sen­das paralelas en medio de un país asolado por diferentes dictaduras, pero próspero e ingenuo. Al comienzo de los años cuarenta, Ana Elisa sueña con perdurar en el tiempo a través de una casa que la haga eterna. Deberá convencer a un arquitecto del otro lado del océano para conver­tirla en símbolo de un amor empeñado en sub­sistir a pesar de la vileza y del miedo. Entre todos los grandiosos y humanos personajes de esta crónica dramática, se erige Villa Diamante, el monumento misterioso e impenetrable; el sím­bolo de una vida.
Borís Izaguirre se consagra con esta novela como un excepcional narrador, capaz de recrear con un estilo deslumbrante toda una época.


Hoy dedicaré este artículo a “Villa Diamante”, de Boris Izaguirre, finalista del Premio Planeta de 2007.
Tras una presentación tan estándar vamos al tema. Comenzaré con lo más obvio, lo que pensaría cualquiera cuando va a leer por primera vez un libro de Boris Izaguirre. ¿Merecerá la pena? ¿No será una pérdida de tiempo? ¿Será Boris un escritor de verdad o es un tío que vende libros porque sale por la tele?
Después de leer esta novela he de decir que no escribe mal, no.
Esta obra arranca en la Caracas de los años treinta, cuando las divisas atraídas por los yacimientos de petróleo auguraban un próspero futuro para toda Venezuela. Ana Irene y Ana Elisa son las dos hijas del matrimonio Guerra. Viven cómodamente en una mansión del oeste de la ciudad, al amparo del régimen de turno. Pero toda la felicidad se trunca el día en el que dicho régimen cae. Finalmente las dos hermanas quedan al cuidado de sus vecinos, los Uzcátegui. Ana Irene, la mayor, la más bella, es trabajada por la matriarca de la familia, Graciela Uzcátegui, para convertirse en la nuera perfecta. Ana Elisa, por su parte, tiene que buscarse su propio lugar en el mundo, un mundo hostil para los no elegidos.
En realidad esta es la historia de Ana Elisa, de cómo pasa de ser una huérfana de buena familia pero ignorada por la alta sociedad caraqueña a ser un cisne admirado por todos por su elegancia y su saber hacer.
Bueno, creo que la trama puede resultar reconocible, ¿no? Vamos, no voy a caer en prejuicios tontos sólo por el hecho de que El autor haya escrito guiones de telenovelas venezolanas, pero es que el mismo molde que da forma a todas ellas se encuentra presente en esta “Villa Diamante”: la niña apenada de familia rica venida a menos, quien tiene que forjarse un carácter; la madrastra bella y malvada; la ambientación en mansiones de la alta sociedad… Pero hasta aquí, tampoco nos pasemos. Si toda la novela hubiera estado cortada por el mismo patrón dudo mucho que hubiera sido capaz de acabármela. Boris es consciente de que este es su libro, que sólo tiene que responder ante el lector y no ante una piara de directivos de un canal de televisión, y va más lejos, mucho más lejos. Mientras los sufrimientos de la típica heroína de TV pasan porque no es aceptada y su amor es obstaculizado por la mala, a Ana Elisa la joden a base de bien durante toda la primera mitad de la novela.
Como decía, aunque el planteamiento de la obra es muy de culebrón, Boris Izaguirre ha empleado como faro para construir el mundo en el que esta se desenvuelve “La casa de los espíritus”, de Isabel Allende. Y se nota.
La época en la que se desarrolla la historia es, sobre todo, la de la dictadura de Pérez Jiménez, y esta se nos presenta muy detallada. Esta ambientación es, sin duda, lo mejor de la novela, pues hace que el lector se interese y acuda a un libro de historia (eso si existe todavía algún libro de historia que no se haya tragado la Wikipedia) para conocer más de cerca de los personajes reales. Es una gozada, ya digo, pues nos expone los esplendores y las truculencias de un enorme espejismo, el de la Inmensa Venezuela, y nos lo expone con grandes dosis de crítica social y de esa ironía tan característica del autor.
Vamos ahora a la peor parte de la novela con diferencia. “Villa Diamante” es un claro ejemplo de cómo un ritmo mal planificado puede estropear una obra que podría haber aspirado a más (y no me refiero en cuanto a premios; otro día hablamos sobre lo que opino del Premio Planeta). Hay ocasiones en las que la trama avanza muy poco a poco. Por ejemplo, en la primera parte de la novela, cuando la protagonista es una niña, pasan las páginas y no pasa nada de interés. Después Ana Elisa se marcha para Trinidad y todo se precipita. Soy consciente de que Boris no ha querido escribir una historia de amor (detalle que aplaudo), pero después del tiempo que le dedica antes a Mariano Uzcátegui, un personaje que promete mucho pero que se queda siempre en nada, pasa de largo a través de la relación entre Elisa y Hugo. Pero literalmente. Ahora es la ayudante de Joan y una página después está felizmente casada y en el camino de regreso. No sé si será aposta, pero da la impresión de que por pereza al autor no le importa cargarse la verosimilitud.
Abundan también las subtramas que son callejones sin salida. No aportan nada a la historia. Parece evidente que se tratan de recuerdos personales de Boris Izaguirre insertados a las bravas en la novela.
Hablemos ahora de los personajes. A pesar de lo que pueda parecer leyendo la contraportada, sólo hay una protagonista. Durante toda la obra la única función de Irene, la hermana guapa, es ejercer de contraste frente a las desventuras de Ana Elisa. Pero no por ello cae mal. Ni bien tampoco, la verdad.
La propia protagonista me parece un personaje desaprovechado. Crece bastante a lo largo de la historia, pero siempre da la impresión de que podría haber llegado a más.
Podríamos hablar también largo y tendido sobre Graciela Uzcátegui, sin duda el personaje favorito para Boris de todos los que nos presenta, pero tampoco me parece una creación muy original. Otra cosa es referirnos a Pedro Suárez. Este es un personaje que atrae toda la atención del lector cuando aparece, aunque primero se tiene que ganar su puesto (no me queda claro que sea el mismo antes que después del viaje a Trinidad de Elisa; antes es un inspector de policía que tiene que investigar un supuesto asesinato; después es un verdugo de Pérez Jiménez y uno de los hombres más influyentes de su régimen. Eso sí, funciona estupendamente para integrar la historia de la familia con la de la Inmensa Venezuela).
En fin, una novela bien escrita pero lastrado por su ritmo. Del montón.

Puntuación: 62 sobre 100


miércoles, 23 de septiembre de 2009

LA VERDADERA HISTORIA DEL CLUB BILDERBERG - Daniel Estulin


Título: La verdadera historia del Club Bilderberg
Autor: Daniel Estulin
Año de publicación: 2005
Título original: The True Story of the Bilderberg Club
Edición: E-book
Traducción: Ignacio Tofiño y Marta-Ingrid Rebón
Páginas: 208, Prólogo + Introducción + Esclavitud Total + Llamamiento a la acción + 3 apéndices + Notas



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Durante los últimos cincuenta años, un selecto grupo de políticos, empresarios, banqueros y poderosos en general se ha reunido secretamente para tomar las grandes decisiones que mueven el mundo.
Si quieren saber quién mueve los hilos tras la fachada de los organismos internacionales conocidos, no lo dude: lea este libro.
Aun a riesgo de su vida y bienestar, el intrépido Daniel Estulin ha sido la única persona que ha logrado romper el muro de silencio que rodea las reuniones del club más exclusivo y peligroso de la historia.
¿Por qué un centenar de las personas más poderosas del mundo se reúnen en secreto cada año durante cuatro días?
¿Por qué los medios de comunicación no informan de ello?
¿Qué vínculos existen entre el Club Bilderberg y los servicios secretos
occidentales?
¿Cuál es el plan del Club Bilderberg para el futuro de la humanidad?



Seré sincero. No sé qué actitud tomar respecto a este libro. No sé si realmente somos marionetas guiadas por una siniestra sociedad secreta formada por banqueros y magnates de las finanzas o si hemos llegado al punto de que no necesitamos pruebas para defender las teorías más estrafalarias. Soy consciente de que alguien intenta manipularme desde las sombras, pero no tengo del todo claro si se trata del megavillano David Rockefeller o del autor de esta obra, Daniel Estulin.

Lo cierto es que la lectura de este ha causado efecto en mi forma de pensar. Si hace un mes alguien me hubiera preguntado si creía que el mundo era gobernado por un puñado de hijos de puta que pretenden convertirnos a todos en sus esclavos, habría contestado que probablemente sí. Hoy mismo ya no lo tendría tan claro.
Expondré brevemente el tema para el que no esté familiarizado con todo este asunto de la conspiración Bilderberg.
En el año 1954 el príncipe Bernardo de los Países Bajos patrocinó una reunión con las personalidades más sobresalientes de las finanzas a nivel internacional en el hotel Bilderberg, en la localidad holandesa de Oosterbeckl. Fue tal el éxito de la reunión que desde entonces se ha repetido todos lo años, en una localización distinta y secreta. En estos cónclaves clandestinos se trazan los planes para la dominación absoluta de la humanidad. Control que, de alguna manera, ya han conseguido sus miembros, pues están en sus manos los bancos y las multinacionales, los medios de comunicación de masas, los suministros de hidrocarburos, los dirigentes políticos de todos los partidos del espectro, las fuerzas de seguridad y los ejércitos estatales y supraestatales, la ONU, la OTAN, el Mi6, la CIA, el FBI, el Banco Mundial, el FMI, la Unión Europea, el Tribunal Penal Internacional, las familias reales europeas y Esperanza Aguirre.
En este libro Estulin nos adelanta los planes futuros de estos individuos, entre los que se encuentra la globalización total a través de la eliminación de las fronteras (el Tratado de Libre Comercio como primer paso para crear la Unión Panamericana), la fusión de las monedas y el fin del dinero en efectivo (cuando todas nuestras transacciones sean electrónicas más fácil será rastrear nuestros hábitos, además de que si nos convertimos en enemigos del Sistema con un sencillo clic nos pueden dejar con una mano delante y otra detrás), el aborregamiento progresivo de la sociedad a través de lavados de cerebro (me resulta muy apropiado el ejemplo que señala el autor en referencia a las campañas anti-tabaco, en el sentido de que hace sólo cinco años nadie te miraba mal si encendías un cigarro en el Metro y hoy eso sería impensable) para acabar con la implantación, voluntaria o no, de chips de localización e información a toda la población mundial, logrando así el fin del individualismo y la construcción de un inmenso ejército de esclavos eficaces.
Para Daniel Estulin el Mundo Feliz que nos presentó Aldous Huxley está a la vuelta de la esquina.
Asusta comprobar que, después de los casi cinco años que han pasado desde que se publicó el libro, algunas de las profecías que realiza el autor se han cumplido a rajatabla. En el 2005 una crisis tan demoledora como esta en la que sobrevivimos era prácticamente inconcebible. Sin embargo Estulin la describe en todas sus etapas y con todas sus consecuencias, como si hubiera leído el guión de la película antes de que fuera rodada.
Todo esto está muy bien, pero ahora empiezan los palos.
Hay muchas cosas que me cantan.
La primera y más evidente es que el autor dice que los grandes directivos de los principales grupos editoriales del mundo pertenecen a Bilderberg… y su libro lo publica Planeta, esa editorial pequeñita cuya independencia ha sido probada en infinitas ocasiones (léase esto último con un rictus de sarcasmo).
También canta el hecho de que, mientras que todo el libro es una denuncia a la globalización y a la manipulación de los poderosos, el autor la CAGUE al final condenando la labor de las ONG´s (y eso no lo critico, pues la labor de muchas de ellas es nefasta), rechazando los movimientos ecologistas, haciendo apología del patriotismo radical, del libre tráfico de armas, de la Asociación Nacional del Rifle y de las milicias urbanas (esas pandas de chiflados de ideología neonazi que hacen entrenamiento militar para defender a la patria de amenazas invisibles). Será que mi cerebro ya ha sido lavado, secado y planchado por las fuerzas del mal, pero ni apoyaré jamás lo que me dice Estulin que he de apoyar ni me termino de creer insinuaciones como la de que en el caso Watergate Nixon fuera la víctima inocente. Será eso o será que el autor no es tan libre como dice que es y todo este libro no es más que desinformación en vena para despistarnos y que miremos hacia el lado incorrecto de la realidad.
Como ven es muy fácil encontrar conspiraciones hasta debajo de las piedras.
Lo peor de todo es que el libro es aburrido y está mal escrito. Es inconexo, reiterativo y abruma con un montón de datos estériles. Si hubiera estado mejor organizado las ideas que defiende podrían resultas más atractivas, pero así es un coñazo. Además Estulin no para de repetirnos que es un mártir voluntario por la causa de la libertad y que todos los días se juega el cuello por nosotros.
Ahora pueden sospechar que critico tanto esta obra porque este blog está patrocinado por Bilderberg…
Señor Rockefeller, si está leyendo esto que sepa que acepto donaciones.

Puntuación: 37 sobre 100



miércoles, 16 de septiembre de 2009

ESTAMPAS DE MI CIUDAD (QUINTA SERIE) - Alfonso García Muñoz


Título: Estampas de mi ciudad
Autor: Alfonso García Muñoz (Quito, Ecuador, 1906)
Año de publicación: 1981
Edición: Autoedición
Páginas: 186, Preámbulo + 23 capítulos





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"...Y este es el primero de sus méritos: la agudeza y fecundidad de su espíritu observador. Cuantos han escrito sobre costumbres quiteñas populares no han pasado de una docena de artícu­los. No han encontrado más asuntos ni han pe­netrado en todos los campos de observación. Bien es verdad que, con el cambio de costumbres y con la amplitud de la ciudad tentacular, que es Quito, se han multiplicado los objetos y los temas de estudio... ".
11.. .Su vis cómica no es menos digna de en­comio. El pueblo habla en las páginas de sus li­bros, con esa abundancia de modismos que for­man lo que tiene de llamativo el folclor. Los diálogos están tomados del natural. Si el arte los puliera, como pudiera hacerlo, perderían el encanto que tiene el habla popular. El mérito está en enlazarlos en la narración de modo que no se observe que el escritor adrede los conserva con su ingenuo primitivismo, obteniendo de ellos toda la gracia que encierran.
"... Los aficionados a la lingüística, que son muchos en América y aún en el Ecuador, encon­trarán en ESTAMPAS DE MI CIUDAD un arsenal abundante para extraer modismos, giros popula­res, ecuatorianismos, quiteñismos, que son tan apreciados y que tanto se utilizan en la compara­ción de dialectos y en la depuración del idioma de Castilla.
".. .Además de este servicio a las letras sus libros presentan otro muy valioso; en ellos que­dan estampadas dramáticamente nuestras cos­tumbres. Lo que no se encuentra en las obras de historia, serias y clásicas, se hallará en ellos...".
Nicolás Jiménez

El libro del que hoy hablaré, "Estampas de mi ciudad" de Alfonso García Muñoz, es una colección de relatos breves de carácter cómico que pretende mostrar situaciones y personajes típicos de la ciudad de Quito. De hecho la mayoría de estos relatos rinden homenaje al famoso chulla quiteño, una figura que podríamos considerar equivalente a la del pícaro de la tradición española. Este es un individuo que se dedica a buscarse la vida. Se caracteriza por una sempiterna comicidad no exente de un fondo de amargura y por un, pese a todo, rigor ético cuyas fronteras jamás traspasa. Dicho de otra forma, es un personaje de ficción que puede estar basado en un tipo social pero que, sin duda, ha sido idealizado por la literatura, el cine y la música popular. Lo mismito que el pícaro, en resumen.
Por lo que he entendido en el prólogo del libro los relatos de los que está compuesto fueron publicados en "El Comercio", diario del que Alfonso García Muñoz era colaborador. Posteriormente el mismo autor se encargó de recopilar todos sus escritos y publicarlos en Bogotá en una colección de series (la obra que estoy comentando corresponde con la quinta serie).
No he leído ninguno de los otros libros auto-publicados por el autor pero entiendo que la selección no ha sido planificada ya que no hay unidad ni relación entre las diferentes historias más allá de que estén todas ambientadas en la capital de Ecuador y que muchos de los relatos están narrados en primera persona por Evaristo, álter ego del autor. Evaristo es un pobre diablo con ínfulas intelectuales, un hombre que intenta sobrevivir con dignidad en una ciudad que quiere conservar su esencia añeja pero que está siendo transformada por obra y milagro de San Petróleo. Esta casado con Jesusa, una mujer de la calle (en el buen sentido de la expresión, si es que existe uno malo), deslenguada e impaciente pero cargada de esa sabiduría popular que se presupone a las verduleras. En algún capítulo parece que Evaristo trabaja en una oficina, en otros que se dedica a hacer chapuzas de lo que salga y en otros que hace las veces de amo de casa y es su Jesusa la que trabaja vendiendo joyas. Suele ser un personaje sobrepasado por los acontecimientos (acontecimientos que en numerosas ocasiones tienen el nombre de su mujer), a través del cual vamos conociendo mejor el corazón que late dentro de la gran ciudad. Las pinceladas pueden ser amables en unas ocasiones, trágicas en otras, pero siempre hay espacio para la ironía y los juegos de palabras. De lo que se desprende de sus opiniones es que el autor es un nostálgico del Quito en blanco y negro. Aunque intenta asimilar los cambios con humorismos siempre queda aquel regusto de que todo tiempo pasado fue mejor.
En este libro abunda la crítica social. Todos los relatos tienen si no una moraleja sí una queja, tanto a las convenciones sociales que impiden el progreso de los ciudadanos, como de las corruptelas de políticos y gobernantes, lacra endémica en ese país. Mención aparte merecen las páginas que dedica a los caciques y tenientes políticos de las provincias en el relato titulado "Caciques de aldea", uno de los más memorables del libro. También habla de las injusticias que sufren los indios, del injusto reparto de la nueva riqueza y de los pobres que malviven en su misma ciudad. García Muñoz ofrece siempre soluciones para arreglar su mundo, unas más utópicas que otras. El problema es que el tono general de la obra puede confundir al lector y no sabe si las críticas son en serio o no. Esto es algo que a mí me pasa con los cómicos ecuatorianos. Voy a poner un ejemplo que vi una vez en un vídeo del famoso humorista Carlos Michelena y que me parece que justifica mi afirmación:
Estamos en un parque y Michelena, con la cara pintada de blanco, representa su actuación rodeado por un corro de gente. El cómico se caracteriza vagamente como un preso (no recuerdo si se pone la típica camisa a rayas o un gorro), pone voz de falsete y hace su monólogo (no soy capaz de acordarme del gag, sólo sé que no me resultó muy divertido).
El público se descojona de la risa, Michelena se endereza, se quita el disfraz y, con su propia voz, dice:
-¿Les ha hecho gracia? Claro. Se nota que ninguno de ustedes ha estado en la cárcel. Pues que sepan que la vida del preso es muy dura…
Es como si un amigo te cuenta un chiste, te ríes y el amigo te echa una bronca por reírte.
Esa sensación es habitual al leer este libro. Algunas situaciones son ingeniosas pero de alguna forma García Muñoz quiere que te sientas culpable por permitir que esas situaciones ocurran.
Vale, no creo que sea incompatible el sentido del humor con la crítica social pero la verdad es que, personalmente, estoy acostumbrado a otro tipo de humor, uno políticamente incorrecto.
Otro detalle que me canta es que a menudo repite trucos, como esos finales del tipo todo fue un sueño (que se pueden justificar en el relato titulado "Soñar no cuesta nada" pero nunca en el llamado "¡Viva el carnaval!") o las apariciones del personaje del gringo, bastante repulsivo.
Lo que no se puede negar es que el retrato que hace de Quito es muy vivo. No sólo en las descripciones sino también en la forma de hablar de sus habitantes. Me refiero a los modismos que emplea y al uso de la proverbial sal quiteña.
Este es un libro recomendable para los que quieran conocer (o recuperar) una ciudad en un período muy concreto, el de la aparición del petróleo, cuando Quito se estaba transformando a pasos tímidos en la ciudad que es hoy.
Pero el que se quiera reír con estos cuentos, ya le aviso, con "Estampas de mi ciudad" no se va a partir el ojete, no.

Pûntuación: 59 sobre 100



sábado, 5 de septiembre de 2009

LÍRICO Y PROFUNDO (IÍ) - Guillermo Aguirre


Título: Lírico y profundo
Autor: Guillermo Aguirre (Argentina, 1941)
Año de publicación: 2006
Edición: LibrosEnRed E-book
Páginas: 233, Prólogo + 13 partes + Epílogo + Referencias + Acerca del autor + Editorial LibrosEnRed
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No tiene texto en contraportada
Como adelanté en el anterior artículo voy a comenzar hoy haciendo una reflexión de las mías. Para ello lo que haré será reducir la historia que conté anteriormente a su esqueleto. Veamos.
Un "aventurero" descubre, él sólo y de manera fortuita, un tesoro de cuya existencia nadie tenía conocimiento. Casualmente las características de este tesoro se ajustan con las de otro tesoro mítico venerado por una secta (una secta con mucho dinero y mucha influencia a nivel mundial, todo sea dicho). Este aventurero sólo le notifica el descubrimiento a un amigo pertenece a esa misma secta. El conocido moviliza sus contactos y la secta subvenciona una expedición, pero finalmente el aventurero no revela el lugar del tesoro.
Un año más tarde el aventurero y su amigo convencen al gobierno ecuatoriano para financiar otra expedición. De nuevo el aventurero se enfurruña cuando ya estaba dispuesto y los lleva a una entrada falsa.
Pasan los años y se organiza otra, en este caso una mega-expedición internacional que moviliza a expertos de todo el mundo de las más diversas disciplinas (incluidos murcielólogos; ¿cómo puede alguien ser murcielólogo y que no se le caiga la cara de vergüenza?), a una celebridad interplanetaria e incluso a un miembro del gobierno de la República del Ecuador. Ofrecen al aventurero fortuna y reconocimiento a cambio de que, esta vez sí, los lleve hasta la cueva correcta, pero él únicamente exige algo que sabe que no le van a conceder, el control absoluto de la expedición.
Hoy día el emplazamiento sigue siendo secreto, después de los ríos de tinta que se han escrito sobre el tema, del dineral que se ha invertido y de la cantidad de personas que se han jugado la vida por localizarlo.
Si lo contemplamos de esta forma el misterio de la Cueva de los Tayos es uno de los que tienen menos posibilidades de ser ciertos de cuantos he conocido y no son pocos). Definitivamente Moricz es un caradura que se inventó una historia inverosímil para ganar algo de dinero embaucando a una secta de crédulos. La bola de nieve fue haciéndose más grande de lo que esperaba y hubo un momento en el que no la pudo parar, así que se dedicó a tirar balones fuera y afirmar que la entrada era un secreto para que no le tildaran de estafador. Sin embargo…
Sin embargo, si me preguntan si yo creo que realmente hay un tesoro oculto en una cueva perdida de la Cordillera del Cóndor diré que sí. Ciegamente. Y estos son los motivos que me hacen creer:
Primero porque la historia es fascinante y, como ya comenté en el artículo de "El oro de los dioses", yo estoy dispuesto a creer en todo aquello que haga del mundo un lugar más mágico, más misterioso.
El segundo motivo por el que creo en la veracidad del relato del húngaro es porque todos los personajes que se han visto involucrados en él han quedado marcados de para siempre. Juan Moricz dedicó el resto de su vida a buscar tesoros perdidos en las montañas aunque esta vez en forma de yacimientos. Llegó a ser uno de los más importantes empresarios mineros de Ecuador. Por su parte, Julio Goyén Aguado, después de su primera visita a la cueva, se interesó por la espeleología. Como ya dije fundó el Centro Argentino de Espeleología y exploró grutas en todo el mundo. El ingeniero Stan Hall después de su fallida expedición de 1976 no ha dejado ni de creer ni de investigar sobre el tema. Tanto es así que hace pocos años publicó un libro donde exponía sus investigaciones y sus cálculos sobre la ubicación del acceso secreto. El propio Neil Armstrong, un hombre famoso por la parquedad y contención de sus declaraciones, llegó a afirmar que la experiencia que vivió en el interior de la tierra fue más impactante en su vida que la que vivió en su misión a la Luna. Casi nada.
La tercera razón me parece la más importante de todas, y es la labor del autor. Guillermo Aguirre destila en cada una de las líneas que escribe ríos de honestidad. Sin carambolas extrañas del azar nos expone todos los sucesos con una sencillez y una lógica tal que el lector no puede poner en duda sus palabras. Juan Moricz no revela la entrada secreta pero no porque sea un estafador si no porque no se daban las condiciones mínimas de seguridad que se deberían exigir para que un descubrimiento de esta envergadura, que podría trastocar para siempre todas las nociones que tenemos sobre el hombre y el universo, no sea pasto de huaqueros o del Museo Británico. Me pongo en su piel y yo habría hecho lo mismo.
Y esto cuando hablamos de Moricz, de quien, a fin de cuentas, podemos albergar alguna sospecha sobre su honorabilidad. Pero si el texto nos deja claro que si Julio Goyén Aguado afirma haber estado en la cámara del tesoro, Julio Goyén Aguado ha estado en la cámara del tesoro. Fin de la discusión. Y no es porque yo lo digo y punto. Animo a todo el mundo a que adquiera esta obra y se la lea. No verán en la semblanza de Goyén ni la más mínima sombra de cinismo o de hipocresía. Ni siquiera es necesario haberle conocido en persona para saber que fue un hombre honrado y consecuente con su ética como los ha habido pocos. Tengo que felicitar a Guillermo Aguirre por haber sido capaz de transmitir este carácter sin hacer que el personaje sea frío o inhumano.
Esto no ocurre solamente en este caso. Todo el libro está redactado con oficio pero sin artificios, algo completamente inusual en un autor novel (al menos no me consta que sea profesional; no he localizado ninguna otra obra suya). Es capaz de despertar el interés del lector en cada momento, pero sin utilizar trucos ni medias palabras. Lamento repetirme tanto pero un tema como este se presta para ser muy fantasioso (que se lo digan a von Däniken) y, sin embargo, se nota sinceridad en cada una de las páginas.
También como biografía es un gran obra, siempre teniendo en cuenta que está escrita por un amigo. Nunca nos pinta una faceta desagradable del personaje biografiado. Y Goyén Aguado no es un personaje, fue una persona de carne y hueso, por lo que supongo que, por muy virtuoso que fuera, alguna falla de carácter habrá tenido. Pero Aguirre ha sido sabio al escoger el tono de la obra. Julio Goyén Aguado no es un personaje público. Ni siquiera es conocido más allá del círculo que le trató en vida. Así el autor nos lo ha presentado someramente pero nos ha dado lo que realmente esperábamos de este libro: la verdad sobre el misterio de la Cueva de los Tayos. De hecho se podrían separar los capítulos biográficos de los dedicados a las expediciones en la selva y tendríamos dos libros diferentes y perfectamente legibles. Ni qué decir tiene que al integrarlos compone un libro redondo.
No digo más, que ya he alargado de sobra este artículo. Sólo me queda felicitar a don Guillermo Aguirre por lo bien que ha saldado la deuda con su amigo. Enhorabuena.
Puntuación: 92 sobre 100

viernes, 4 de septiembre de 2009

LÍRICO Y PROFUNDO (I) - Guillermo Aguirre


Título: Lírico y profundo
Autor: Guillermo Aguirre (Argentina, 1941)
Año de publicación: 2006
Edición: LibrosEnRed E-book
Páginas: 233, Prólogo + 13 partes + Epílogo + Referencias + Acerca del autor + Editorial LibrosEnRed






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No tiene texto en contraportada.
Aviso, este es el primer artículo que publico dividido en dos partes. Me he visto obligado a hacerlo así porque realmente tengo mucho que decir sobre este libro. Hace años que me siento atrapado por el tema que trata y he de decir que la lectura de "Lírico y profundo" me ha afectado hasta el punto de hacerme perder el sueño.
Hoy comentaré "Lírico y profundo", de Guillermo Aguirre, la biografía oficial y autorizada de Julio Goyén Aguado, un argentino de origen español que, entre otras cosas, se hizo mormón en un tiempo en el que nadie más lo era, investigó las raíces del pueblo vasco, fundó y presidió hasta su muerte el Centro Argentino de Espeleología, promovió la catalogación como Monumento Histórico Nacional el lugar de nacimiento del general José de San Martín, libertador del sur de la América española, consiguió bautizar a su hija en la Iglesia Juradera de la Casa de Juntas de Guernica (siendo el primer bautizo que se celebra en ese lugar en siete siglos), recuperó la figura del tenor vasco-argentino Florencio Constantino, encontró momias y restos de culturas pre-colombinas en las alturas de los Andes argentinos y falleció en un trágico accidente de tráfico.
Todo eso entre otras cosas.
Y esas otras cosas, por supuesto, se refieren a la Cueva de los Tayos. Julio Goyén Aguado ha sido una de las dos únicas personas que han estado en la cámara del tesoro (que se sepa, al menos).
Anteriormente ya me referí a este misterio que late en las selvas ecuatorianas, pero ahora lo resumiré mejor.
En el año 1965 el húngaro nacionalizado argentino Juan Moricz se encontraba en la selva de Ecuador, entre los indios colorados. Quería probar la existencia de una relación entre el idioma de estos indios con la primitiva lengua magyar. Estos indios le hablaron de una cueva perdida en el oriente custodiada por los indios shuar (los temidos jíbaros), donde, desde tiempos inmemoriales, se almacenaban artefactos pertenecientes a una civilización perdida. Moricz se internó en la cueva (en una de las entradas, que la Cueva de los Tayos es en realidad un complejo sistema de grutas en las estribaciones septentrionales de la cordillera del Cóndor) y llegó hasta la biblioteca, una sala enorme llena de estatuas de oro y de planchas de distinto metales nobles donde, a modo de libros, aparecen inscripciones en caracteres desconocidos.
Moricz quiso que este descubrimiento saliera a la luz, de manera que organizó varias expediciones. La primera de ellas implicó a la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, quienes estaban especialmente receptivos en el tema (Joseph Smith, profeta e iniciador de la religión mormona, habla de un libro de oro escondido en los Andes donde se narra la historia de la humanidad desde sus albores; para más inri el ángel anunciador que le reveló las Escrituras a Smith se llamaba Moroni y la entrada a la Cueva de los Tayos está situada en la provincia ecuatoriana de Morona-Santiago). Moricz descubre que los mormones van a traicionarle y les oculta la entrada a la cámara pero sí se la muestra a su amigo y compañero en la expedición Julio Goyén.
Un año después organiza otra expedición, en este caso conjuntamente con el gobierno ecuatoriano. Moricz vuelve a desconfiar y los lleva a la entrada principal, pero no a la secreta.
Pese al fracaso de esta expedición la historia se da a conocer y llega a los oídos de Erich von Däniken, un escritor suizo que estaba muy en boga en esos tiempos gracias al éxito de sus dos best-sellers, "Recuerdos del futuro" y "Regreso a las estrellas". Von Däniken se persona en Guayaquil, ciudad donde reside Moricz, y se entrevista con él. El húngaro le relata toda su historia pero no le lleva hasta las cuevas. A raíz de esta entrevista Erich von Däniken publica "El oro de los dioses", donde tergiversa el relato de Moricz para adaptarlo a sus teorías. Este libro le hace ganar unos cuantos milloncejos más.
Gracias a von Däniken el misterio de la Cueva de los Tayos da la vuelta al mundo e interesa sobremanera a Stan Hall, un ingeniero escocés. Éste se entrevista a su vez con Juan Moricz para quedar definitivamente convencido de la veracidad de la historia. Tanto es así que en 1976 Hall se encarga de organizar una expedición multidisciplinar acaparada por la Corona Británica y presidida nada menos que por Neil Armstrong, el primer hombre que pisó la Luna. Ciertas desavenencias logísticas impidieron aprobar todas las condiciones exigidas por Moricz, de manera que el húngaro se desvinculó del proyecto cediendo su lugar a Julio Goyén Aguado. Una vez más se explorarán las grutas conocidas pero Moricz y Goyén respetarán su pacto de silencio y no revelarán la entrada secreta.
Pasaron los años y la mayor parte de los protagonistas fallecieron en circunstancias más o menos extrañas. Moricz muere en 1991 y deja a Goyén Aguado como heredero universal de toda la fortuna que ha ido labrando a lo largo de los años como empresario minero. Goyén muere en 1999 y le lega al autor, con quien comparte una amistad de cuarenta años, las pruebas sacadas de la cueva así como los planos de la cámara del tesoro y el compromiso para que éste le escribiera su biografía contando toda la verdad.
Esta es, a grandes rasgos, la epopeya de la Cueva de los Tayos, misterio al que el autor dedica la mayor parte de las páginas de este libro. Y es que, aún cuando Guillermo Aguirre nunca traiciona la intención de escribir una biografía de Julio Goyén Aguado, da la impresión de que esta sólo se muestra en los capítulos iniciales y en los finales, cuando no habla de nada relacionado con la caverna. En el grueso central el protagonista absoluto es el húngaro Juan Moricz.
En el próximo artículo haré un experimento. Voy a contar de nuevo toda la historia pero enfocándolo desde otro prisma. En cualquier caso ya voy adelantando la nota que le daré a este libro.
Puntuación: 92 sobre 100

domingo, 30 de agosto de 2009

NOVELITAS ECUATORIANAS - Juan León Mera


Título: Novelitas ecuatorianas
Autor: Juan León Mera Martínez (Ambato, Ecuador, 1832)
Año de publicación: 1909
Edición: Libresa, colección Antares, primera edición 1999
Páginas: 253, Estudio introductorio + Algunos juicios críticos + Cronología + Bibliografía recomendada + Temas para trabajo de los estudiantes + 5 novelitas



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(Novelitas ecuatorianas) pretenden reflejar una época, muestran las costumbres del lugar fielmente trasladadas y pintan seres que podrían ser el Juan de la esquina o el Pedro de la vecindad... el primer brote espontáneo de relato nacional, porque ya intenso, ya maduro, ya de mayor trascendencia, devendría en "novela de costumbres", es decir novela del lugar, relato propio.

Rodrigo Pachano Lalama

Novelistas y narradores



Hoy hablaré de un libro de relatos escrito por Juan León Mera, conocido por ser autor de, entre otras cosas, la letra del himno nacional de la República del Ecuador.
Esta obra, “Novelitas ecuatorianas”, está compuesta de seis historias. Dado que son sólo seis lo que voy a hacer es dedicar un pequeño comentario a cada una de ellas.

Entre dos tías y un tío
Sin duda este es el mejor relato de la colección. Trata de una huérfana que está al cuidado de su ruin tía. Bueno, ella y su herencia, que es hija de un héroe de la independencia. Ella está enamorada de un campesino joven y trabajador, pero pobre, por lo que su tía se opone al casamiento.
No sé hasta qué punto se puede considerar a Juan León Mera como un autor romántico (o tardo romántico, en cualquier caso), aunque es evidente que toda la obra, no sólo este relato, están muy influenciada por esta corriente. En este cuento no falta nada: el amor infortunado, los paisajes agrestes y tormentosos, la tragedia… En el momento de la lectura de este cuento me encontré leyendo a Bécquer, y eso en ningún caso puede ser criticable.

Porque soy cristiano
Con un título semejante me esperaba el típico cuento proselitista pero, afortunadamente, no es así. En esta historia nos encontramos en la época de las guerras civiles posteriores a la independencia. Un soldado enfermo es obligado a alistarse en una leva forzosa y queda al mando de un capitán chusquero que le amenaza, le agrede y le acaba mutilando. Pasa el tiempo y el ex soldado tiene la oportunidad de vengarse del capitán.
Este relato tiene moraleja, al igual que la mayoría de los que le acompañan, pero no afea mucho el resultado.

Un matrimonio inconveniente
Esta es la novela más larga y también la más difícil de leer. Y no porque sea pesada, que el autor sabe lo que hace. Es porque el tema ha quedado muy anticuado. Un hombre viudo y buen católico tiene una hija en edad casadera, la cual es pretendida por un joven galante, bien parecido y bien situado, de trato agradable y honrado a carta cabal. Sin embargo el padre no está conforme con el matrimonio por la gran lacra que tiene su futuro yerno: el susodicho es ateo. Finalmente el matrimonio se produce y la felicidad inicial se trunca con los primeros apuros económicos, ya que el yerno se derrumba al no tener un firme sustento moral donde agarrarse.
Hay que ponerse en situación para evaluar esta historia. Nos encontramos a finales del siglo XIX, donde la moral era un tema más considerado que ahora, y en América, donde incluso hoy en día la moral cristiana tiene mucho más arraigo que en el viejo continente. Pero no nos engañemos, las tesis que defiende el autor en este relato ya eran antiguallas en el momento de su publicación. Pero insisto, formalmente es impecable y ni siquiera cuando el carca del padre se enrolla en sus disquisiciones moralistas se convierte en un relato pesado.

Historieta
Las tres últimas novelitas son muy breves. En esta, a través de las palabras de un viejo indio que llevaba una existencia cómoda y que ahora malvive como siervo, nos encontramos con la tragedia de los pueblos de la serranía, ahogados por diezmos, priostazgos y la corrupción de funcionarios y curas.
Este relato adelanta lo que luego sería conocido como realismo social o indigenista, que tan maravillosamente trabajó Jorge Icaza en la inmortal “Huasipungo”.

Un recuerdo y unos versos
De este hay muy poco que decir. El propio autor (se supone que es el propio autor) nos recuerda un suceso que ocurrió hace algún tiempo, cuando ayudó a una joven enamorada a escribir un poema para su esquivo amante.
Un tanto intrascendente pero se resuelve en pocas páginas.

Una mañana en los Andes
Una comitiva, entre la que se encuentra el narrador, asciende a una elevación de los Andes accidentales para contemplar la salida del sol.
Todo el cuento es un cuadro en el Juan León Mera hace gala de sus excepcionales dotes a la hora de describir. No hay sombra de trama pero no lo necesita. Es una gozada mirar a través de los ojos del autor la magnificencia del paisaje ecuatoriano.

Estas son las novelitas presentadas en este libro. Todas ellas comparten algunos trazos comunes, como el hecho de estar situadas en los alrededores de la ciudad de Ambato, el afán de retratar las costumbres de un tiempo y un lugar, el valor ejemplarizante que suele concluir en una moraleja y su toque fatalista más propio de los autores románticos (el autor hablaba de estos relatos como de cuadros costumbristas y no me parece una definición descabellada, pero sigo pensando que estos cuentos tiene más que ver con el Romanticismo que con el Realismo).
Juan León Mera es un autor con mucho oficio a pesar de las pocas obras que nos legó. Escribe con mucha agilidad y eso hace que su obra se puede leer sin ningún problema, a pesar de lo mal que han envejecido algunos de los temas que trata. Quizás si la selección de cuentos fuera más amplia habría podido ser incluso odiosa, pero por suerte es una experiencia breve y grata.

Puntuación: 77 sobre 100

viernes, 28 de agosto de 2009

EL ORO DE LOS INCAS - Clive Cussler


Título: El oro de los incas
Autor: Clive Eric Cussler (Aurora, Illinois, USA, 1931)
Año de publicación: 1994
Título original: Inca Gold
Edición: E-book
Traducción: Daniel Aguirre Oteiza
Páginas: 411, 61 capítulos + epílogo + postscriptum

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Dirk Pitt vuelve para enfrentarse a su aventura mas espectacular e impactante. La trama gira en torno a la busqueda de una antiguo tesoro, los secretos de una civilizacion perdida y las de una organizacion criminal. En 1578, el legendario sir Francis Drake captura un galeon espanol con un cargamento de oro y plata de origen Inca y descubre un tesoro de incalculable valor. El galeon de Drake zozobra y solo un hombre logra sobrevivir. Cuatro siglos mas tarde, Dirk Pitt slava la vida a unos arqueologos que investigan en Los Andes peruanos. A raiz de ello, se ve arrastrado a un torbellino de perispecias espeluznantes y a un mundo criptico rodeado de oscuridad y muerte en las profundidades de la selva.

Comenzaré este artículo con una reflexión. Es lugar común que el escritor tiene pánico al pliego en blanco. Pues bien, los pliegos en blanco le deben tener pánico a Clive Cussler.
Algo que siempre he oído también y que he podido comprobar desde que abrí este blog es que es mucho más fácil escribir una crítica negativa que una positiva. Es cierto. Y esta crítica se va a escribir sola. Tanto es así que ya he comenzado a escribirla y aún me faltan unas diez páginas para concluir la novela…
Está bien. Seré bueno y seguiré las reglas. La acabaré antes de seguir criticándola. Quién sabe, a lo mejor se arregla…
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No, no se arregla, ya lo puedo confirmar.
Veamos de qué va esto.
Dirk Pitt, un submarinista aventurero, acude al rescate de unos arqueólogos en el fondo de una poza sagrada para el pueblo chachapoyas, en Perú. Ya que está, aprovecha para acabar con una panda de guerrilleros que en realidad resultan ser ladrones de tumbas. Ya que está, decide ponerse a buscar (y a encontrar, por supuesto) una reliquia sagrada de los incas. Ya que está, se pone a buscar el inmenso tesoro que escondió de la rapiña española el bueno del inca Huáscar. Ya que está, desmantela una organización internacional de traficantes de arte. Y ya que está, descubre un río subterráneo que permitirá regar los desiertos del norte de USA y sur de México para convertirlos en un vergel.
Le golpean, le disparan, intentan ahogarle, le secuestran a la churri… Pero Pitt siempre tiene una sonrisa y una frase ingeniosa en los labios.
Dirk Pitt ha conseguido sustituir en mi imaginario al propio Sherlock Holmes como el personaje más insufrible de la literatura universal. Sin embargo, mientras que sir Arthur Conan Doyle odiaba a Holmes estoy seguro de que Clive Cussler estaría dispuesto a hacerle una estatua a su héroe. Una estatua y una mamada, si tuviera la oportunidad.
No, no tiene ningún carisma, por mucho que se empeñe el autor. Es un chulillo de mierda y cada momento esperas que alguien por fin le vuele las pelotas.
Pero es que el resto de los personajes no son mejores. Los villanos son todos de opereta, muy astutos y muy estúpidos según le interese al autor; las heroínas (porque el pichabrava de Pitt las conquista a pares) son un par de floreros clónicos, imposibles de distinguir por otra cosa que no sea su oficio; los amigos/ayudantes igualmente deberían carecer de nombre y ser designados únicamente por su función. Y eso por no hablar de Al Giordino. No quiero hablar de Al Giordino, por favor…
Más cosas, más, que esto tira sólo.
Comencé este post con una reflexión sobre el miedo a la página en blanco que dicen padecer muchos autores. Pues a Cussler no le ocurre eso, lo puedo garantizar. El tío se pone a arrejuntar letras y no para. Ves que una de las aventuras ha llegado a su conclusión lógica, pero el autor mete una página más. Sorprende pero te lees esa página de relleno. Pero detrás de ella viene otra, y luego otra, y así hasta el infinito. Este señor no conoce ni de oídas el concepto de elipsis narrativa. Ejemplo: los protagonistas consiguen un helicóptero y escapan de la Ciudad de los Muertos (¿qué se creían, que un libro como este no iba a tener una "Ciudad de los Muertos"?). Los malos tienen helicópteros de sobra, así que les persiguen. Después de todos los sucesos precedentes el lector se encuentra ya fatigado y sólo espera que la persecución sea breve. Error. Cussler se detiene en todo, lo mismo nos explica cómo funciona un helicóptero que nos transcribe la conversación entre Pitt y los tripulantes del barco de la ANS, o cómo se desenvuelve la batalla y fuga paso a paso a paso a paso…
No sólo es en ese momento, es que entre aventurilla y aventurilla, en un sinfín de rodeos, nos cuenta cosas que no tienen ninguna importancia para el desarrollo de la historia y abre caminos que no llegan a ningún lado.
Esa incapacidad para ahorrar palabras (más que tijeras este texto necesita una motosierra) hace que para ser una novela de aventuras "El oro de los incas" sea un libro increíblemente aburrido.
En un artículo anterior, el que dediqué a "Cien años de soledad", referí la sensación que me invadió en el momento de mi primera lectura de la obra de García Márquez, sensación que se podría resumir en la expresión: "¡Ah!, ¿pero esto se puede hacer?". Vale, pues he vuelto a sentir lo mismo leyendo esta novela. Muchas veces he leído críticas encendidas de libros o de películas porque los hechos históricos a los que se referían eran incorrectos y/o falsos. Yo les daba a esas críticas un valor relativo, ya que al disfrutar de una obra de ficción prefiero fijarme en la trama, el ambiente, el estilo y los personajes y no tanto en la fidelidad histórica. Ah, pero es que este libro habla de los incas y este es un tema que conozco. Ahora resulta que el pérfido bastardo Atahualpa quiso apoderarse del reino de su hermano, el bueno de Huáscar, y este tuvo que esconder su tesoro para que no cayera en manos de los conquistadores españoles. Este es sólo uno de los despropósitos que salpican la novela.
Voy a ir acabando, así que seré rápido.
Este libro, entre otras cosas, nos enseña que el yanqui es el único pueblo honrado y respetable, no como los peruanos y los mexicanos, que son corruptos, sucios e inútiles.
Los puntos que le doy a esta obra por encima de cero se deben a que el autor fue capaz de escribir su nombre sin cometer faltas ortográficas y porque, al menos, no es nada pretenciosa (que aprenda Dan Brown).
Puntuación: 7 sobre 100

martes, 25 de agosto de 2009

EL JUEGO DEL ÁNGEL - Carlos Ruiz Zafón


Título: El juego del ángel
Autor: Carlos Ruiz Zafón (Barcelona, España, 1964)
Año de publicación: 2008
Edición: Planeta, 1ª edición, abril 2008
Páginas: 667, 91 + epílogo






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En la turbulenta Barcelona de los años 20 un joven escritor obsesionado con un amor imposible recibe la oferta de un misterioso editor para escribir un libro como no ha existido nunca, a cambio de una fortuna y, tal vez, mucho más.
Con estilo deslumbrante e impecable precisión narrativa, el autor de La Sombra del Viento nos transporta de nuevo a la Barcelona del Cementerio de los Libros Olvidados para ofrecernos una gran aventura de intriga, romance y tragedia, a través de un laberinto de secretos donde el embrujo de los libros, la pasión y la amistad se conjugan en un relato magistral.

Atención. Procedo a escribir el resumen de la novela "El juego del ángel". Lo aviso primero porque no va a ser el típico resumen de solapa que se resuelve en un par de líneas. Va a ser un resumen más completo que lo habitual en este blog. Intentaré no reventar ningún detalle de la trama pero puede ser que facilite demasiada información para un futuro lector de la obra así que advertido queda.
La historia arranca con la primera oportunidad que recibe David Martín, el chico de los recados de un periódico de segunda categoría para escribir de forma semiprofesional. Nos encontramos en la Barcelona de los años 20 (del siglo XX, por supuesto), una ciudad que se está industrializando y modernizando a patadas (sería el escenario perfecto para un cuento de Dickens). Seremos testigos de cómo el protagonista se va haciendo un nombre (pequeño pero nombre) entre los autores de la época, de cómo pasa a escribir con seudónimo novelas de crimen y misterio en una editorial de libros de saldo, de cómo voluntariamente ejerce de negro por amor en la novela de su mejor amigo, un patricio de la alta sociedad barcelonesa, de cómo su vida se hunde en la mierda y de cómo se encuentra con el editor Andreas Corelli, su salvador y también su verdugo. Corelli le pide que trabaje en exclusiva para él escribiendo un libro muy especial. A cambio le ofrece una suma enorme de dinero además de su propia salvación. Martín acepta porque, dada su situación, no se puede permitir rechazar el trato, pero no se fía del extraño editor. Conforme avanza la trama va descubriendo detalles cuando menos intrigantes de su mecenas. También descubre que él no ha sido el primero en recibir ese mismo encargo, que el anterior inquilino de su casa, el abogado Diego Marlasca, echó su vida por la borda y perdió la razón intentando acabar el libro que necesitaba Corelli.
Bueno, creo que con esto será suficiente. Ahora me toca a mí explicar por qué he dedicado casi la mitad del artículo en exponer el argumento de la novela cuando normalmente no suelo dedicar demasiado espacio a este aspecto (y eso cuando lo hago, que si el texto de contraportada me parece suficiente ni siquiera lo pongo).
El problema es que "El juego del ángel" tiene muchas cosas en común con la anterior novela de Carlos Ruiz Zafón, "La sombra del viento". Y no estoy hablando del escenario, del cementerio de los libros olvidados, de la familia Sempere, de los recursos que emplea de novela gótica… No me refiero a eso. Me refiero a que es una gran novela, una muy buena novela, pero que estaba predestinada al éxito de masas, por lo que el autor ha tenido que sacrificar algunas cosas. Ha sacrificado un estilo propio (al leer a Ruiz Zafón me es imposible no recordar sus referentes: Eduardo Mendoza, Juan Manuel de Prada o Antonio Muñoz Molina) y nunca es demasiado osado a la hora de resolver las tramas. Insisto en que me parece un autor excelente y que sus obras no son como esas novelas vacías y bobaliconas con argumentos más que masticados que se exponen en los escaparates de las grandes superficies. No es así pero, al igual que todos los best sellers se leen de un plumazo y, por lo mismo, se olvidan así de rápido. Por lo menos a mí me pasa, y me da mucho coraje. Soy capaz de recordar bodrios que leí hace diez años pero me declaro incapaz de decir sobre qué iba "La sombra del viento". De hecho mi mala memoria es uno de los motivos que me impulsó a abrir este blog y, como no quiero olvidar una novela con la que he disfrutado tanto como con esta, me he explayado en el resumen.
Sobre la novela mencionaré que está escrita en primera persona y que, como ya dije al principio, está ambientada en la Barcelona previa y contemporánea a la Exposición Universal de 1929. Este hecho al final no resulta muy relevante ya que la Exposición apenas es mencionada y el ambiente afecta muy poco al desarrollo. Igualmente podría estar situada en la Praga de los años noventa y no habría que adaptar demasiado.
Sí me llama la atención el cambio sufrido por el protagonista entre la primera y la segunda parte. Pasa de ser un pobre sufridor, un alma en pena de la que todo el mundo se aprovecha, a ser un tipo cínico y descreído. Estoy de acuerdo en que el protagonista de una novela debe evolucionar, más aún sí, como en este caso, la acción de la misma abarca un lapso tan importante de su vida. Pero es que me parece muy drástico su cambio. El que era un pusilánime se transforma en Philip Marlowe de una página a otra. No me parece un error muy grave pero me llama la atención.
Lo que si quiero mencionar como de lo más positivo en esta novela es que en ningún momento trata al lector como un estúpido. Sin ánimo de adelantar nada, que nadie espere que al final se vayan a atar todos los cabos para que podamos dormir con una sonrisa en los labios. Es imprescindible nuestra colaboración para completar la historia.
Eso es algo muy de agradecer en los tiempos que corren.
Lo dicho, esta es una novela que se leerán en menos de una semana, con todo lo bueno y todo lo malo que eso implica.
Puntuación: 78 sobre 100
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