domingo, 21 de septiembre de 2008

LAS UVAS DE LA IRA - John Steinbeck


Tí­tulo: Las uvas de la ira
Autor: John Earnest Steinbeck (Salinas, California, USA 1902)
Año de publicación: 1939
Título original: The grapes of wrath
Edición: Alianza editorial. 4ª reimpresión, 2005
Traducción: María Coy Girón
Páginas: 654. 30 capítulos






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Premio Nobel de Literatura en 1962, JOHN STEINBECK (1902-1968) fue testigo directo de la Depresión económica que, originada por el crack bursátil de 1929, azotó durante la decada de los años treinta a los Estados Unidos. Publicada en 1939 y objeto de varias versiones cinematográficas -entre ellas un memorable film de John Ford-, LAS UVAS DE LA IRA relata en una narración que alcanza por momentos cotas épicas la emigración que, desde una inhabitable Oklahoma, lleva a cabo la familia Joad junto a miles de personas más hacia la tierra de promisión que parece California. A lo largo del camino, sin embargo, este ejército de desposeídos comprobará la frágil consistencia de un "sueño americano" que progresiva e inevitablemente acabará desvneciéndose.


Ahora, que vivimos en un permanente estado de crisis, cuando los precios suben y los trabajos se acaban, cuando el sueño americano está muerto hasta para los americanos, no digamos para los que vivimos a su sombra, ahora es bueno recuperar "Las uvas de la ira". Es bueno porque nos muestra cómo somos, cómo reaccionamos cuando todo se cae y por qué no merecemos ningún tipo de salvación.
La novela nos sitúa en los estados Unidos durante los años treinta, en la época de la Gran Depresión. Los bancos habían jugado con fuego durante años, empujando al sistema capitalista hasta el borde del colapso. Pero ellos no podían perder, ellos nunca pierden, así que para recuperarse arrebataron sus tierras a los que sólo tenían eso. Miles de familias campesinas de los estados de Oklahoma, Arkansas, Texas, etc., se encontraron en las calles, sin siquiera un pedazo de terreno donde reventar. Como de esta situación también se puede sacar provecho, los ricos terratenientes de los campos de California los llamaron, les prometieron trabajo y prosperidad, un futuro de almíbar para aquellos que no esperaban ya ningún futuro. Comenzó la migración masiva hacia el oeste.
Durante las páginas de esta novela acompañamos a la familia Joad en su peregrinación en busca de una vida mejor. O si no mejor al menos igual a la que tenían antes e que al banco le entrara hambre de tierras. Salimos con ellos de un estado desolado, el de Oklahoma, en el que ya no hay sitio para granjeros, donde estos han ido sustituidos por los tractores, que arrasan las casas, profanan los cementerios, se alimentan con la sangre y los sueños de los campesinos. Nos unimos a la gran caravana de los desposeídos que atraviesan como pueden el país a través de la Ruta 66 hasta llegar a California, la tierra mágica, donde no hay pobreza ni necesidad, donde si tienes hambre sólo tienes que estirar un brazo y coger una naranja o un racimo de uvas.
Pero no todo es como debería ser en el maravilloso mundo de Oz.
Allí no hay dignidad para los okies. Hay esclavitud. No como la de los siglos pasados, pero esclavitud. No hay amos que te corten los pies por los tobillos pero te den casa y comida. Hay amos que te ofrecen migajas por un trabajo atroz. Si te gusta, bien. Si no, otros lo aceptarán. Y cuidado con lo que dices, que aquí no queremos rojos de mierda. Hay rechazo por parte de los vecinos. Saben que necesitan la mano de obra barata que proporcionan los forasteros pero no los quieren cerca de ellos. Son sucios, pobres, no tienen educación, viven como animales. ¿Les suena esto de algo? Sesenta y nueve años han pasado desde que se publicó esta novela y las cosas no han cambiado mucho.
Steinbeck se muestra muy audaz escribiendo esta novela. Cuando se publicó los hechos que narra no estaban en el pasado sino en el doloroso presente. Veinte años habían pasado desde la Revolución Soviética y las condiciones de la Gran Depresión post-Crack le hicieron pensar al autor que la caída del sistema capitalista era inminente. En diversos momentos de la novela aparece la idea de que sólo era necesaria una chispa más para que los que no tenían nada se dieran cuenta de que se podían tener los unos a los otros, empezaran a organizarse e incendiaran el sistema hasta los cimientos. Esto finalmente no ocurrió, como todos sabemos. Casi en el mismo momento en el que se publicaba "Las uvas de la ira" Hitler decidió invadir Polonia resucitó al capitalismo gracias a la economía de guerra. No hay nada como el enemigo común.
Hay que tener en cuenta que el período en el que se publicó esta novela es anterior a la Guerra Fría. Entonces el comunismo era una doctrina muy rechazada por la mayor parte de la sociedad estadounidense, pero aún no era el Coco en el que se convertiría después. Lo digo porque a medida que la estaba leyendo más me extrañaba que Steinbeck hubiera encontrado editor (aún así le costó y mucho). Seguro que en los tiempos del senador McCarthy habría acabado entre las llamas.
El personaje principal de esta novela es la Familia, encarnada por la Madre. Ella se encarga de mantener unidos a los suyos por encima de todas las dificultades que se puedan presentar. Es la más fuerte, la más resolutiva. En ningún momento pierde la dignidad ni permite que la pierda nadie. También son personajes fundamentales el protagonista, Tom, hijo mayor recién salido de prisión. Él es el apoyo de la Madre. Llega donde ella no puede llegar. Y, por supuesto, el del Predicador, aunque su participación sea menor. Su transformación es la transformación de una sociedad (la transformación que esperaba Steinbeck), de la hipocresía y el puritanismo a la conciencia social y la búsqueda de la justicia. El resto de los personajes de la novela, acaso exceptuando a Rosasharn (la gran víctima, redimida en la última escena) se difuminan al lado de los protagonistas. Cada uno tiene su historia, sí, pero esta funciona en relación a al Familia.
La estructura es lineal, en tiempo y espacio, aunque se alternan los capítulos dedicados a contar la historia de la familia Joad, más largos, con esos otros que se ajustan entre ellos y dan forma al marco en el que se sitúa la narración. Son frescos de las vidas de los actores que participaron en una época infausta en la memoria de la humanidad. Desde los desvergonzados vendedores de vehículos usados hasta las comunidades de desarrapados que intentan sobrevivir al margen de la sociedad. Estos capítulos extras pueden llegar a poner los pelos de punta.

En definitiva, una novela imprescindible para hoy y para siempre.

Puntuación: 96 sobre 100.

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