viernes, 28 de agosto de 2009

EL ORO DE LOS INCAS - Clive Cussler


Título: El oro de los incas
Autor: Clive Eric Cussler (Aurora, Illinois, USA, 1931)
Año de publicación: 1994
Título original: Inca Gold
Edición: E-book
Traducción: Daniel Aguirre Oteiza
Páginas: 411, 61 capítulos + epílogo + postscriptum

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Dirk Pitt vuelve para enfrentarse a su aventura mas espectacular e impactante. La trama gira en torno a la busqueda de una antiguo tesoro, los secretos de una civilizacion perdida y las de una organizacion criminal. En 1578, el legendario sir Francis Drake captura un galeon espanol con un cargamento de oro y plata de origen Inca y descubre un tesoro de incalculable valor. El galeon de Drake zozobra y solo un hombre logra sobrevivir. Cuatro siglos mas tarde, Dirk Pitt slava la vida a unos arqueologos que investigan en Los Andes peruanos. A raiz de ello, se ve arrastrado a un torbellino de perispecias espeluznantes y a un mundo criptico rodeado de oscuridad y muerte en las profundidades de la selva.

Comenzaré este artículo con una reflexión. Es lugar común que el escritor tiene pánico al pliego en blanco. Pues bien, los pliegos en blanco le deben tener pánico a Clive Cussler.
Algo que siempre he oído también y que he podido comprobar desde que abrí este blog es que es mucho más fácil escribir una crítica negativa que una positiva. Es cierto. Y esta crítica se va a escribir sola. Tanto es así que ya he comenzado a escribirla y aún me faltan unas diez páginas para concluir la novela…
Está bien. Seré bueno y seguiré las reglas. La acabaré antes de seguir criticándola. Quién sabe, a lo mejor se arregla…
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No, no se arregla, ya lo puedo confirmar.
Veamos de qué va esto.
Dirk Pitt, un submarinista aventurero, acude al rescate de unos arqueólogos en el fondo de una poza sagrada para el pueblo chachapoyas, en Perú. Ya que está, aprovecha para acabar con una panda de guerrilleros que en realidad resultan ser ladrones de tumbas. Ya que está, decide ponerse a buscar (y a encontrar, por supuesto) una reliquia sagrada de los incas. Ya que está, se pone a buscar el inmenso tesoro que escondió de la rapiña española el bueno del inca Huáscar. Ya que está, desmantela una organización internacional de traficantes de arte. Y ya que está, descubre un río subterráneo que permitirá regar los desiertos del norte de USA y sur de México para convertirlos en un vergel.
Le golpean, le disparan, intentan ahogarle, le secuestran a la churri… Pero Pitt siempre tiene una sonrisa y una frase ingeniosa en los labios.
Dirk Pitt ha conseguido sustituir en mi imaginario al propio Sherlock Holmes como el personaje más insufrible de la literatura universal. Sin embargo, mientras que sir Arthur Conan Doyle odiaba a Holmes estoy seguro de que Clive Cussler estaría dispuesto a hacerle una estatua a su héroe. Una estatua y una mamada, si tuviera la oportunidad.
No, no tiene ningún carisma, por mucho que se empeñe el autor. Es un chulillo de mierda y cada momento esperas que alguien por fin le vuele las pelotas.
Pero es que el resto de los personajes no son mejores. Los villanos son todos de opereta, muy astutos y muy estúpidos según le interese al autor; las heroínas (porque el pichabrava de Pitt las conquista a pares) son un par de floreros clónicos, imposibles de distinguir por otra cosa que no sea su oficio; los amigos/ayudantes igualmente deberían carecer de nombre y ser designados únicamente por su función. Y eso por no hablar de Al Giordino. No quiero hablar de Al Giordino, por favor…
Más cosas, más, que esto tira sólo.
Comencé este post con una reflexión sobre el miedo a la página en blanco que dicen padecer muchos autores. Pues a Cussler no le ocurre eso, lo puedo garantizar. El tío se pone a arrejuntar letras y no para. Ves que una de las aventuras ha llegado a su conclusión lógica, pero el autor mete una página más. Sorprende pero te lees esa página de relleno. Pero detrás de ella viene otra, y luego otra, y así hasta el infinito. Este señor no conoce ni de oídas el concepto de elipsis narrativa. Ejemplo: los protagonistas consiguen un helicóptero y escapan de la Ciudad de los Muertos (¿qué se creían, que un libro como este no iba a tener una "Ciudad de los Muertos"?). Los malos tienen helicópteros de sobra, así que les persiguen. Después de todos los sucesos precedentes el lector se encuentra ya fatigado y sólo espera que la persecución sea breve. Error. Cussler se detiene en todo, lo mismo nos explica cómo funciona un helicóptero que nos transcribe la conversación entre Pitt y los tripulantes del barco de la ANS, o cómo se desenvuelve la batalla y fuga paso a paso a paso a paso…
No sólo es en ese momento, es que entre aventurilla y aventurilla, en un sinfín de rodeos, nos cuenta cosas que no tienen ninguna importancia para el desarrollo de la historia y abre caminos que no llegan a ningún lado.
Esa incapacidad para ahorrar palabras (más que tijeras este texto necesita una motosierra) hace que para ser una novela de aventuras "El oro de los incas" sea un libro increíblemente aburrido.
En un artículo anterior, el que dediqué a "Cien años de soledad", referí la sensación que me invadió en el momento de mi primera lectura de la obra de García Márquez, sensación que se podría resumir en la expresión: "¡Ah!, ¿pero esto se puede hacer?". Vale, pues he vuelto a sentir lo mismo leyendo esta novela. Muchas veces he leído críticas encendidas de libros o de películas porque los hechos históricos a los que se referían eran incorrectos y/o falsos. Yo les daba a esas críticas un valor relativo, ya que al disfrutar de una obra de ficción prefiero fijarme en la trama, el ambiente, el estilo y los personajes y no tanto en la fidelidad histórica. Ah, pero es que este libro habla de los incas y este es un tema que conozco. Ahora resulta que el pérfido bastardo Atahualpa quiso apoderarse del reino de su hermano, el bueno de Huáscar, y este tuvo que esconder su tesoro para que no cayera en manos de los conquistadores españoles. Este es sólo uno de los despropósitos que salpican la novela.
Voy a ir acabando, así que seré rápido.
Este libro, entre otras cosas, nos enseña que el yanqui es el único pueblo honrado y respetable, no como los peruanos y los mexicanos, que son corruptos, sucios e inútiles.
Los puntos que le doy a esta obra por encima de cero se deben a que el autor fue capaz de escribir su nombre sin cometer faltas ortográficas y porque, al menos, no es nada pretenciosa (que aprenda Dan Brown).
Puntuación: 7 sobre 100

2 comentarios:

Anónimo dijo...

vaya puta mierda de critica. a mi m parecio bastante bueno. i tmbien criticas a marquez jajaja.cierra sta puta mierda de blog i jubilate payaso.no sabes acer criticas i no entiendes de literatura.

Freddy Tumbalobos dijo...

Viendo tu forma de escribir estoy seguro de que me podrás enseñar literatura. Venga, la eme con la o: mo. La te con la o: to. Todo junto: amoto.

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