jueves, 20 de noviembre de 2008

LA MOMIA (O RAMSÉS EL MALDITO) - Anne Rice


Título: La momia (o Ramsés el maldito)
Autor: Anne Rice / Howard Allen O'Brien (Nueva Orleans, Louisiana, USA, 1941)
Año de publicación: 1989
Título original: The mummy of Ramses the Damned
Edición: Ediciones B, 10ª reimpresión febrero 2000
Traducción: Luis Soldevilla Ribelles

Páginas: 541, 2 partes 12 y 11 capítulos


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Ramsés es inmortal, vive a través de los siglos. Pero ha bebido el elixir de la vida y se ha convertido en Ramsés el Maldito, condenado a recorrer la tierra para saciar sus afanes que nunca verá satisfechos: de comida, de vino, de mujeres. De nuevo, Anne Rice se sirve de un personaje sobrehumano para someterlo a la más humana de las condiciones: la pasión. La momia recobra la vida en el Londres eduardiano y regresa a El Cairo con la personalidad asumida del doctor Ramsey, egiptólogo. Lo persigue el recuerdo de su última reencarnación como amante de Cleopatra. Su anhelo por la Reina de Egipto le lleva a cometer un acto que devastará los corazones de quienes le rodean.
"Su prosa voluptuosa lleva a los lectores a un territorio erótico en el que el goce sensual tiene un lado oscuro, aterrador y de enorme atractivo". The Village Voice.
"Una imaginación fresca y poderosa. La autora consigue que creamos en todo lo que su imaginación ha visto." New York Times Book Review


He aquí otro ejemplo de un libro escrito exclusivamente para vender. Sin más. Aunque lo cierto es que no es de los peores.
Al leer la dedicatoria nos podemos imaginar que es un homenaje al personaje de las películas de terror de la Universal. Pero no es así. Ni siquiera es una obra de terror. En realidad la autora emplea la misma fórmula que utilizó en sus novelas más conocidas. "La momia (o Ramsés el Maldito)" es "Entrevista con el vampiro" pero protagonizada por un inmortal... estoooo... protagonizada por un inmortal que no bebe sangre. Ah, y al que el sol no mata sino que lo revive. Se pueden hacer a la idea...
Estamos en el Egipto británico de principios del siglo XX (parece ser que las momias sólo volvían a la vida en esa época, será por alguna conjunción astral o algo así). Un egiptólogo inglés descubre una momia que aparentemente perteneció al faraón Ramsés II (ya puestos, para qué conformarse con el sacerdote Imhotep. Dentro de treinta siglos es más probable que vuelva a la vida Winston Churchill antes que Aleister Crowe). Pero el egiptólogo tiene un sobrino vivalavirgen que lo asesina delante de la momia. Lo mata porque... bueno, porque lo mata, porque si no la trama no avanza. Con el egiptólogo muerto envían a la momia a Londres, donde vuelve a la vida. Entonces, en vez de matar a todos los que profanaron su sueño y a sus primogénitos, la momia se revela como un buen tío y se enamora de la hija del egiptólogo (a la que, a partir de ahora, llamaremos Julie, ya que "la hija del egiptólogo" queda un poco largo). La momia (a la que, en lugar de Ramsés o Ramsey llamaremos "la momia moña") es muy espabilada y aprende inglés en una tarde. Entonces le cuenta a Julie que ha resucitado porque nunca murió, porque bebió un brebaje mágico que le hizo inmortal. Como ya he dicho Julie y la momia moña se enamoran pero no se dedican a comer perdices como cualquier hijo del vecino sino que prefieren largarse de vacaciones a Egipto. Se van para que la momia moña pueda... para que la trama avance, vaya. Ya en Egipto a la momia moña le pica la mosca y decide que para qué conformarse con una pudiendo tener a dos. Se va al museo de el Cairo y, como le sobraba elixir, resucita a la momia de su amor de juventud. Dicha momia es la de la chacha de su palacio de verano en... que no, que es la de Cleopatra (ya puestos...). Pero Cleopatra no es una momia moña, es una momia chunga que se cepilla a todo aquel al que se encuentra (tampoco a mucha gente, qué más quisiera, sólo a cuatro o cinco mindundis).
Esta es más una novela de amor que una de terror o aventuras. De una forma bastante pobre la autora intenta aproximarnos a la psicología de unos determinados personajes históricos. No son creíbles en ningún momento, esa es su mayor tara. Su comportamiento no es nada fluido, está muy forzado por la mano de la autora. Lo mismo podemos decir de la historia. Ocurren cosas porque sí. Anne Rice abusa del azar.
Por otro lado, se pasa de largo. No son necesarias tantas páginas para contar una historia tan simple. Bueno, supongo que es la forma de escribir típica de Anne Rice. Uno vez oí, no recuerdo dónde ni cuándo ni siquiera puedo asegurar que sea cierto, que Rice se jactaba de no corregir nunca sus manuscritos. Planeaba la estructura, ideaba la historia, perfilaba los personajes y luego redactaba toda la novela del tirón. Ya digo que no sé si es así. Me cuesta comprender que se pueda publicar una novela sin haber metido antes las tijeras en ella. Pero si fuese cierto comprendería varias cosas. Entendería que la autora ya no escribe novelas. En su momento compuso un molde y desde entonces se ha limitado a encajar los personajes que le interesaban en cada nueva obra. Podríamos decir que la autora tiene un estilo muy definido, pero eso sería echarle mucho morro. En realidad no hace más que escribir una y otra vez lo mismo. Mientras siga vendiendo...
Y otra cosa, esta novela no necesita unas tijeras. Necesita una sierra mecánica.
De los personajes poco podemos decir, salvo que con la mayor parte de ellos no hace otra cosa que un recorta-pega-y-colorea de los de "Entrevista con el vampiro". La decepción es la del sobrino del egiptólogo, Henry, que prometía mucho como malvado pero se queda en una simple cabeza de turco.
Respecto a la estructura de la novela, es de lo más convencional posible. Sigue una estricta linealidad temporal salpicada por algún que otro flashback (muchos menos de los que sería de agradecer). En todo momento está escrito en rigurosa tercera persona con narrador omnisciente.
Con todo lo que he dicho anteriormente no se comprende mi aseveración del principio de esta crítica, cuando aseguraba que este libro no es de los peores. Pues no lo es. No lo es porque en él no hace más que repetir una fórmula, pero es su fórmula, una fórmula que no es fácil encontrar en otros. Se agradece que su sistema de escritura no sea igual que el de otra autora de best-sellers que prefiero no nombrar (bueno, sí, la nombro, es Catherine Neville, la de "El ocho", qué pasa), quien afirmaba que antes de ponerse a escribir una novela investigaba por internet cuáles eran los temas que más buscaba su target y los metía todos en el saco. Eso no es una fórmula, es un oportunismo desvergonzado. Sin embargo "La momia (o Ramsés el maldito)" es una novela de Anne Rice de la primera a la última página (y están muy separadas una de otra).
En líneas generales podemos decir que "La momia (o Ramsés el maldito)" es una novela de encargo escrita por una autora a la que le encanta que le encarguen novelas. Es fría de tan formal pero su lectura es ágil. No es un mal exponente de la literatura de entretenimiento, aunque no es una novela que recomendaría especialmente. Se lee bien y se olvida fácilmente.
52 sobre 100.

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