lunes, 1 de junio de 2009

ATAHUALPA - Benjamín Carrión



Tí­tulo: Atahualpa
Autor: Benjamín Carrión (Loja, Ecuador 1897)
Año de publicación: 1934
Edición: Casa de la cultura ecuatoriana Benjamín Carrión, Colección Luna Tierna, 10ª edición 2002
Páginas: 244, presentación + 18 capítulos





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No tiene texto en contraportada

Ahora sí puedo afirmar, sin sombra de sarcasmo, que este ha sido uno de los mejores libros que ha caído en mis manos en lo que llevamos de año.
Es un homenaje de uno de los hombres más importantes de la cultura ecuatoriana del siglo XX (sinceramente desconozco la mayor parte de su obra, pero la Casa de la cultura de Quito tiene el nombre de Benjamín Carrión) a quien es seguramente el ecuatoriano más importante de todos los tiempos (con el reconocimiento debido a los padres de la patria, al doctor Eugenio Espejo, al presidente Eloy Alfaro y al propio padre del protagonista). Me refiero al inca Atahualpa.
En realidad, y eso es algo que me ha llamado mucho la atención de esta obra, no es la historia del último de los incas si no la del ocaso del Tahuantinsuyu y su posterior caída. Más o menos la mitad del libro está dedicada al padre de Atahualpa, el gran conquistador Huayna Cápac, y la otra mitad a las desventuras de los pequeños conquistadores, esa panda de españoles analfabetos, crueles y traicioneros.
Lo primero que nos tendríamos que plantear a la hora de hablar del “Atahuallpa” es cómo referirnos a esta obra. No podemos decir que sea una novela ya que no se dan las características propias que tiene una novela por definición. No hay diálogos, no hay una introspección en los personajes, no hay descripciones detalladas de los ambientes. No es pues una novela histórica (y menos mal; hay pocas combinaciones de palabras que me puedan producir un sopor mayor que el de estos términos). Tampoco podemos decir que sea sencillamente un libro de historia pues el autor utiliza técnicas propias de la narrativa que sumergen al lector dentro de las páginas del libro hasta el punto que no es si no cuando ya lo has acabado de leer que te das cuenta que no era una novela. Considero por ello que el tono utilizado por Benjamín Carrión es el adecuado para que, sin faltar al rigor histórico, sea una obra amena.
En las primeras páginas Carrión nos presenta, a manera de prólogo, el capítulo titulado “Tauntin-Suyu”, en el que, de forma ágil y global, nos sitúa en el tiempo y el lugar, exponiéndonos el funcionamiento interno del imperio inca. No sólo se refiere a su maquinaria militar, capaz de conquistar un territorio que abarcaba desde la actual Colombia hasta Argentina, si no también a su política económica (nos encontramos con que, sin pretenderlo, los incas desarrollaron el marxismo mucho antes que Marx y, más sorprendente aún, lo hicieron funcionar), la configuración de la sociedad, sus creencias y hasta las características de su arte. Ya digo, en sólo 27 páginas el autor consigo representar el Tahuantinsuyu mejor que muchos doctores en tochos inmensos.
Aparte de lo dicho anteriormente hay un par de cosas que me gustaría comentar en relación a un capítulo, “La antesala del imperialismo”. Este capítulo está dedicado a la guerra fraticida que dividió al imperio justo antes de la conquista, en la que se enfrentaron los hijos de Huayna Cápac, Atahualpa, con sus tropas quiteñas, y Huáscar, desde el Cuzco. Lo primero que me llama la atención es que en un libro dedicado a la figura de Atahualpa se dedique tan poco espacio para hablar de la guerra civil (no es la única vez que me he encontrado con esto; en un libro que pronto comentaré, “El camino del Sol”, de Jorge Carrera Andrade, ocurre lo mismo; sospecho que esto se debe a que los datos que tenemos de este acontecimiento son poco fiables). De esta forma vemos que hay muchos episodios de la vida del último emperador que no aparecen, como cuando es apresado por las tropas cuzqueñas y consigue escapar de su prisión, suceso que lo divinizó ante los suyos (dijo que se escabulló por un agujero de su celda convirtiéndose en serpiente).
Otro detalle que me ha sorprendido mucho en esta obra es el tratamiento que se le da a Huáscar. En todos los libros que he leído sobre el enfrentamiento entre los dos hermanos (y hablo de libros de historia académicos también) se le culpaba a él de la guerra que hizo tambalearse al imperio inca. Según estos autores el príncipe de Cuzco no estaba conforme con la partición que hizo del Tahuantinsuyu su padre, el gran inca Huayna Cápac, y, aconsejado por las familias nobles de la capital del sur que veían a Atahualpa como un bastardo advenedizo, envió sus tropas a conquistar las tierras del antiguo Reino de Quito. Según estas mismas fuentes Atahualpa quiso respetar las fronteras impuestas por su padre e incluso después de vencer en las primeras batallas se negó a traspasarlas, cosa que no hizo si no después de las repetidas provocaciones de su hermanastro. En otras palabras, que a Atahualpa no le quedó más remedio que marchar a la toma del Cuzco. En esta obra, sin embargo, Huáscar aparece como un rey de final de dinastía, débil, cortesano, amante de la paz, que desató la guerra inconscientemente al reconocer la fidelidad del cacique de los cáñaris, pueblo que en la repartición territorial pertenecía al Quito. Atahualpa, en cambio, se nos presenta como un rey conquistador, digno heredero de su padre, que aprovechó esa excusa para reunir de nuevo la esmeralda de los Caras (símbolo máximo del monarca de los quitos) con el llautu de los incas. Y lo consiguió. El resto es historia.
Una cosa que personalmente le agradezco a Carrión y que compensa por lo que le critiqué anteriormente es que dedica un capítulo entero en explicar el mito de Viracocha. Y lo explica mucho mejor de lo que lo puede explicar la Wikipedia.
En definitiva, un libro muy logrado en todos los aspectos que hará disfrutar a los que estén interesados en conocer esta porción de historia.

Puntuación: 90 sobre 100

2 comentarios:

Anónimo dijo...

hola en realidad este es uno de los mejores articulos q e encontrado hacerca de atahualpa
y creo q seria mucho mejor si fuese mucho mas ampliado

Freddy Tumbalobos dijo...

Muchas gracias por tu comentario.
Realmente considero que Atahualpa es uno de los personajes más interesantes de la historia. Vencedor de una guerra fraticida que ni siquiera quiso, no se doblegó al conquistador español (como por ejemplo sí hizo Moctezuma). Lamentablemente suelo dedicar un espacio estándar a cada artículo. Por eso no me extendí. En todo caso este mismo libro lo tengo colgado para su descarga en la dirección: http://literaturaecuador.blogspot.com/search/label/Atahuallpa

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